Todo proceso de fusión conlleva costes. Y algunos son bastante ´dolorosos´, como es el caso de amortizar oficinas y, por ende, número de empleados. Varios informes elaborados por expertos que obran en poder de ambas cajas de ahorro cifran en más de 300 el número de empleados que habría que suprimir en Caja Extremadura y Caja Badajoz en una hipotética fusión al tener que cerrarse el casi centenar de oficinas que ahora mismo se solaparían.

Uno de los informes analizados por el consejo de administración de Caja Extremadura señala que para ´adelgazar´ la plantilla de la entidad que resultase de la fusión de ambas cajas serían necesarios 144 millones de euros. Ese gasto sería consecuencia de cerrar las 83 oficinas que se solaparían y prejubilar a 323 trabajadores.

Otro de los informes, concretamente el elaborado por la sección sindical de Csica en Caja Extremadura, cifra en 92 las oficinas bancarias en las que existiría algún tipo de solapamiento geográfico, lo que supone el 20% de las 466 sucursales con las que contaban ambas entidades financieras a finales del 2008. El mayor problema estaría en la provincia de Badajoz, donde Caja Extremadura posee 59 oficinas. En Cáceres, sin embargo, la coincidencia de ambas ´marcas´ es solamente de once.

No obstante, a la hora de tomar estas decisiones hubiera habido que utilizar diversas variables y criterios técnicos, entre ellos la localización, la propiedad del inmueble, el tamaño del mismo o el volumen de negocio. En el informe de Csica se asegura que a nivel nacional sobran una cuarta parte de las oficinas y un tercio del personal.