Unidad, cooperación y voluntad de solucionar los problemas, incluyendo reformas del sistema financiero, dejando la definición y la aplicación a los países. Las economías más potentes del mundo y las emergentes lanzaron ayer un mensaje positivo desde Washington orillando los aspectos que les separan y subrayando aquellos en los que están de acuerdo: apoyar el crecimiento y corregir los mecanismos del sistema que han fallado; y, por encima de todo, cooperación multilateral.

Las paredes de los salones del National Building Museum de la capital estadounidense fueron testigos mudos de las transacciones entre las distintas formas de ver la salida de la crisis y, en especial, los mecanismos para evitar que se repita. Habrá cambios en los mercados financieros, pero no se han pactado. Hasta el 31 de marzo cada país tiene tiempo para poner en marcha mecanismos que mejoren la regulación. En ese plazo, los ministros de Finanzas del G-20 harán propuestas sobre cinco ámbitos --transparencia y control, entre ellos-- que serán debatidas en la próxima cita, prevista para el 30 de abril del 2009. Nicolas Sarkozy propuso ayer que tenga lugar en Londres, dado que el Reino Unido presidirá entonces el grupo.

PRIMER BALANCE Entonces se hará balance de lo que cada país haya hecho y se estudiarán las propuestas. A la reunión, a la que España ya ha sido invitada por Brasil, lo que le aseguraría una plaza entre los grandes, asistirá el nuevo presidente de EEUU, Barack Obama.

Habrá operaciones de relanzamiento de la economía, pero no de forma global, como pretendían España y Brasil, por ejemplo, sino según las necesidades de cada país. En ese paquete entran las medidas de carácter fiscal que cada economía, en función de su coyuntura y de la política económica de sus gobiernos, decida aplicar.

La Unión Europea ha obtenido satisfacción en sus propuestas de aumentar la regulación, pero esta no será tan rigurosa y se aplicará con calma. El presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, defendió el plazo de un año para ponerla en marcha.

NORMAS COMUNES El acuerdo final sí recoge la idea de una supervisión multinacional sobre la gran banca en forma de normas contables comunes. El fracaso de los dos intentos de los Acuerdos de Basilea, en 1988 y en el 2004, y sobre todo el desencadenante de la crisis han pesado como losas a la hora de reconocer la necesidad de nuevos mecanismos.

Los países emergentes han logrado un pronunciamiento para relanzar la Ronda de Doha, la negociación de la liberación del comercio, de forma que pueda cerrarse este año. También han logrado reformas en el FMI y en el Banco Mundial para obtener una representación más coherente con su peso económico.

La cita de ayer sirvió como despedida mundial de George Bush. Sarkozy definió al político de Tejas como un colega "leal, difícil a veces, pero leal".