Cuando el Grupo Gallardo proyectó su refinería en Extremadura, entre 2005 y 2006, nada hacía prever la crisis económica que se aproximaba. Una vez desencadenada ésta, el Ministerio de Medio Ambiente solicitó a la empresa --en 2007-- que actualizase la justificación del proyecto teniendo en cuenta que debía revisar su previsión de demanda de productos petrolíferos.

Gallardo remitió su respuesta dos años después, en julio del 2009. Su conclusión es que el proyecto sigue teniendo cabida en el mercado. Para ello, realiza una proyección de la demanda de productos petrolíferos que apenas crece entre 2010 y 2014 --como consecuencia de la crisis--. Así, estima que, para ese periodo, la demanda en España no superará las 74.000 kilotoneladas de crudo y sus productos derivados.

Frente a eso, la producción nacional no llega a 58.000 kilotoneladas. Esto provoca --y provocará-- que el país tenga que comprar fuera el resto hasta cubrir la demanda.

Todo ello lleva a Gallardo a concluir que su proyecto sigue siendo viable. Porque Refinería Balboa producirá 5.700 kilotoneladas al año y, pese a ello, España necesitará seguir necesitando importando combustible: con la aportación de la planta extremeña ni siquiera se podría cubrir el consumo nacional del 2010 (67.000 kilotoneladas). Lo que el grupo no detalla en ese informe es la viabilidad financiera.