Cuando las posturas parecían estar más cerca entre trabajadores de la Siderúrgica Balboa y la empresa del Grupo Alfonso Gallardo, cuando se habían pospuesto fechas para alargar si fuera necesario la negociación del expediente de regulación de empleo hasta el 30 de julio, cuando la empresa asegura haber realizado una última propuesta para rebajar el número de empleados afectados por ese ERE de 237 (inicialmente eran 270) a 151, ayer el Comité de Empresa convocó una huelga para ejecutarla los días 18, 22, 24 y 29 de junio y 1 de julio, por considerar que la empresa debe negociar un expediente de suspensión temporal y no la extinción de un solo contrato. Durante los últimos días ambas partes se han reunido varias veces, la última ayer, para buscar alternativas; unos para que no haya un solo despido y otros para intentar buscar una salida a los 151 trabajadores, cifra que la empresa no está dispuesta a seguir rebajando "porque de lo contrario se está poniendo en peligro la viabilidad del conjunto de Balboa, y los 900 puestos de trabajo", señaló ayer Juan Sillero, consejero delegado del Grupo Gallardo. Entre esas alternativas, anunció, se baraja que estos empleados realicen un programa de formación "para que se incorporen a la instalación de la refinería que, en teoría, no está tan lejos".

En este sentido, apuntó que la empresa "ha hablado con la Junta para crear una escuela de formación en la zona de Zafra o Los Santos para que puedan ir formándose estas personas y algunas otras, porque va a haber un momento que vamos a necesitar más de 6.000 personas, por lo que hay que empezar a formar a gente ya porque entendemos que no estamos lejos de la resolución final".

Lo cierto es que ha llegado la convocatoria de huelga, además de manifestaciones por las calles de Jerez de los Caballeros (localidad donde está erradicada la empresa) los días 18 y 22 de junio.

MOTIVOS DE CADA PARTE Pero, qué alega cada parte. La empresa asegura que la caída del mercado del acero le ha generado pérdidas de 50 millones de euros en los últimos 15 meses respecto a años anteriores, ya que la demanda ha pasado de 6,5 millones de toneladas en el 2007 a 2,5 millones este año. Eso provocó hace un año el cierre de una acería y un tren de laminación en el que se fabricaba acero corrugado y perfiles (vigas). En esa planta trabajaban 370 personas, a 100 de las cuales se las recolocó en otras dependencias y las restantes entraron a formar parte del ERE, que ha pasado de ser temporal a estructural "porque la parada va para rato y no sabemos cuántos años vamos a estar así", comenta Sillero.

Pese a todo, en las sucesivas reuniones "la empresa ha cedido hasta rebajar el número de trabajadores del ERE a 151, pero menos de esa situación no podemos para mantener una empresa competitiva", destaca.

Además, insiste en que "el que más siente despedir a esta gente es Alfonso Gallardo, pero la situación es muy grave", reitera, y "la huelga no va a arreglar nada y complica las negociaciones".

Además de la formación para formarse en temas de refino, la empresa plantea la creación de una bolsa de trabajo para cubrir posibles bajas o vacaciones.

Sin embargo, desde el comité de empresa la valoración es muy distinta y todo pasa porque no se despida a un solo trabajador, sino que el expediente de regulación de empleo sea temporal y que se amplíe al resto de plantas que el Grupo Alfonso Gallardo posee (en el País Vasco, Getafe y Alemania).

Los representantes de los trabajadores denuncian que "la dirección de Siderúrgica Balboa no tiene voluntad real de atender a las peticiones sindicales de que retire el ERE de extinción de contratos y se busquen alternativas negociadas a través de un ERE de suspensión temporal, con lo que se evitarían los despidos".

Por el contrario, el comité de empresa "siempre" ha estado dispuesto a negociar, matizan desde CCOO, que pese a la convocatoria de huelga aseguran que tratarán de buscar la mejor solución posible, y reconocen que "en una negociación todas las partes tienen que ceder algo".

SIN FISURAS Respecto a la huelga, la consideran "una apuesta muy importante", ya que "no podemos consentir que vaya más gente al paro", e insisten en que el ERE se extienda al resto de las plantas que el Grupo Alfonso Gallardo posee en España dedicadas a la fabricación de acero corrugado y alambrón al entender que la caída de la demanda afecta a todas.

Asimismo, en relación al ofrecimiento de formar a los trabajadores que puedan ser despedidos para trabajar en las instalaciones de la refinería, es una vía que contemplan desde el comité de empresa, pero "no es fácil, porque se trata de un proyecto que está en el aire", matiza Melitón Rodríguez, representante de CCOO en la negociación. Abogan más por recolocar a los empleados en otras empresas del grupo. En todo caso, insiste en que "nunca se sabe como va a terminar todo esto, pero trataremos de buscar la mejor solución posible".

Ese acercamiento no parece posible antes de que se inicie la anunciada huelga, el 18 de junio, ya que la empresa insiste en la necesidad de despedir a una parte de la plantilla argumentando que, de lo contrario, se ponen en riesgo los 900 puestos de trabajo de la siderúrgica; pero los representantes de los trabajadores insisten en que no se echarán atrás mientras se despida a un solo empleado.

Antes de llegar a esta situación, incluso medió la Junta de Extremadura en una reunión entre todas las partes el 21 de mayo, en la que se alcanzó el acuerdo suspender la tramitación del ERE hasta el 30 de junio para buscar alternativas; e incluso si en esa fecha no hubiera acuerdo, pero existieran perspectivas de alcanzarlo, se prorrogaría un mes más el expediente de regulación de empleo.

Lo cierto es que hay convocada una huelga, que "tiene un impacto importante, porque la situación es complicada, los mercados están como están y el hecho de que durante cinco días ni produzcas ni hagas entregas, significa que vas a dejar de cumplir contratos y obligaciones que tienes", reconoce el consejero delegado del Grupo Alfonso Gallardo. Ese incumplimiento, aclara, puede dar lugar a anulaciones y a problemas muchos más importantes para la empresa, pero "la huelga no va a arreglar nada" en el proceso de negociación, sino que lo complica, apunta.