La gasolina sin plomo y el gasóleo de automoción han subido un 28% y un 33% en Extremadura, respectivamente, más de doble que el IPC, desde la liberalización de los precios, aprobada por el Gobierno a finales de 1998, pese a que el Ejecutivo popular defendió que esta decisión abarataría los carburantes. En ambos tipos de combustible, el precio del litro se ha encarecido en la comunidad autónoma entre 17 y 18 céntimos de euro (unas 30 pesetas) en los últimos cuatro años, según revelan los datos difundidos ayer por el Ministerio de Economía.

En el último año, los precios de la sin plomo de 95 han pasado en la región de 0,80 a 0,81 euros por litro; y los del gasóleo, que bajan, han pasado de 0,70 a 0,69 de media. Con estos números, Extremadura es actualmente, tras Madrid y Baleares, la comunidad autónoma con los carburantes más caros, según Economía.

Los precios de las gasolinas descendieron durante el 2002 en todas las regiones españolas si se excluyen los impuestos (el Gobierno central aplicó el año pasado una nueva subida al tributo sobre hidrocarburos).

EL FIASCO LIBERALIZADOR

Las organizaciones de consumidores consultadas por EL PERIODICO EXTREMADURA denuncian el fracaso de las medidas liberalizadoras del Gobierno y aseguran que la culpa de las subidas desproporcionadas de precios tanto en Extremadura como en el conjunto de España la tienen las petroleras. Más concretamente Repsol-YPF, cuya posición dominante en el mercado le permite tomar la iniciativa a la hora de incrementar los precios de venta al publico, tendencia que no tienen más remedio que imitar el resto de compañías, critican las asociaciones consultadas.

El propio presidente de las estaciones de servicio de la región, Casto Bravo, ha advertido en reiteradas ocasiones durante los últimos meses que las gasolineras no son realmente las responsables de las subidas de precios, ya que éstas están totalmente controlados por las grandes petroleras, que en ocasiones ponen entre la espada y la pared a los pequeños empresarios distribuidores del sector.

Desde la perspectiva del Gobierno, la directora general de Política Energética, Carmen Becerril, declaró ayer en Madrid que el encarecimiento de los combustibles en el último año es únicamente atribuible al cambio introducido en los impuestos especiales, informa Efe. Respecto al impacto desde 1998, los responsables ministeriales vinculan el alza de precios con la situación del dólar y del crudo en los mercados internacionales, y sostienen que sin esta liberalización el coste de los combustibles para los consumidores españoles sería todavía mayor.

El vicepresidente económico, Rodrigo Rato, defendió que no hay diferencia entre la repercusión que la subida del petróleo tiene en los precios de los carburantes en España y en otros países de la Unión Europea, al menos de forma continuada.

Si se analizan los precios de las dos provincias extremeñas, se comprueba que los carburantes están ligeramente más caros en Cáceres que en Badajoz. Según la referencia de Economía, la sin plomo de 95 tiene un coste medio para el comprador de 0,83 euros en la provincia cacereña y de 0,82 en la pacense. En el gasóleo de automoción ocurre lo mismo: 0,73 euros, frente a 0,71.

Según el seguimiento realizado en la última semana por el Ministerio de Economía, el gasóleo más barato de la provincia de Cáceres se vende fundamentalmente en el área de Miajadas (tiene cinco gasolineras entre las 20 con precios más bajos). En la capital, asimismo, hay tres de las 20 estaciones con mejores precios (ver infografía de la derecha).Si se analiza la gasolina sin plomo de 95 octanos, los consumidores más beneficiados son los de la comarca de La Vera (tiene 5 de las 20 gasolineras más baratas entre Jaraíz, Jarandilla y Losar), el Batán y la capital cacereña.Por lo que respecta a la provincia de Badajoz, el gasoil más económico se encuentra en once estaciones de servicio de Mérida y sus cercanías, así como en dos de Don Benito. El mejor precio de la sin plomo de 95 está también doce gasolineras de la capital extremeña y dos de su entorno (Calamonte y La Garrovilla).