Es el vivo ejemplo de las dificultades que entraña conciliar vida familiar y profesional. Licenciada en Biología, está desempleada. "Cuando me quedé embarazada decidí dejar de trabajar", aunque sigue formándose y ahora estudia Teología. A sus 34 años, y con cuatro hijos, piensa que "la maternidad es un regalo pero que se castiga a nivel laboral". Está en situación de desempleo pero no tiene derecho a paro porque no ha cotizado un año ya que se ha dedicado a hacer sustituciones por pequeños períodos de tiempo. Se está informando en la oficina emeritense del Servicio Extremeño Público de Empleo (SEXPE) para ver si puede acogerse a un subsidio. "Las ayudas son pocas, basta con mirar a Europa, en otros países hay muchas más prestaciones", precisa. "En España no te queda más remedio que elegir si quieres tener cuatro hijos", concluye. C. SANCHEZ