El descenso de las víctimas en accidentes de tráfico y en el trabajo, las mejor atención a pacientes neurológicos y, sobre todo, la bajada de pacientes por muerte encefálica han provocado el descenso del número de donantes registrados en Extremadura el pasado año, con ocho casos menos que en el 2009. Son las causas que apunta Gema Guerrero, coordinadora regional de trasplantes en Extremadura, que recuerda que "por primera vez en veinte años desciende el número de donantes en España".

Ante esta situación, qué se puede hacer. A su juicio, "intentar incrementar el aprovechamiento de esos fallecimientos, intentando disminuir la negativa familiar, pero eso es algo muy complicado", señala. La negativa de las familias a donar los órganos de sus parientes fallecidos ha aumentado el pasado año en la región y eso también provoca que haya menos donantes, pero "espero que esto sea un bache, porque la situación actual no es buena para nada". La población extremeña, insiste, "no es más egoísta que otras, pese a que haya aumentado esa negativa familiar".

Otro aspecto que juega en contra de Extremadura es que en la comunidad los donantes son cada vez más mayores, "lo que complica más las donaciones". Solo el pasado año, la media se situó en los 62 años, 6 más que en España.

Lo cierto es que en la región solo tres hospitales están dotados para realizar trasplantes de órganos y la gran mayoría se hacen en el Infanta Cristina de Badajoz y el San Pedro de Alcántara de Cáceres. Se da la circunstancia de que en ambos centros los fallecidos por muerte encefálica han bajado el pasado año (14 casos menos), lo que ha reducido el número de donantes. A este respecto, asegura que ya se han iniciado los trámites para que los hospitales de Don Benito-Villanueva de la Serena y Plasencia puedan realizar trasplantes. En el primer caso la situación está muy avanzada, de hecho, apunta, uno de los 22 casos de donación se derivó de Don Benito a Badajoz. "Se necesita personal y formación adecuada, y eso lleva tiempo", argumenta.