Es casi la una y media de la tarde y el marcador que regula el orden de atención a los usuarios del Centro de Empleo de Cáceres está en el número 47. Es decir, unas 147 personas (ya ha dado una vuelta completa) han pasado durante la mañana del martes por esta oficina del Servicio Extremeño Público de Empleo (Sexpe) para formalizar o renovar su demanda de empleo. "Sí que se aprecia que viene más gente; desde enero lo estamos notando", constatan varios de sus trabajadores.

Es la confirmación del traslado de las estadísticas a la realidad. Del incremento porcentual del desempleo a la historia de Fermín Caldito, un joven cacereño de 24 años que se quedó sin trabajo la semana pasada. No le preocupa demasiado, puesto que se está sacando el carnet de camión, "donde tendré trabajo seguro", apunta. Pero tiene la sensación de que cada vez hay más gente en paro. De hecho, en la propia oficina se encuentra a un amigo en la misma situación.

Y cada mes son más. Sobre todo desde enero, desde la primera semana, ya que este año, no sé por qué, se adelantaron las primeras bajas de la hostelería, que suelen empezar a producirse después de Reyes, al día 2", especifica el jefe de Negociado de Colocación y Orientación del centro cacereño, Paco Iglesias. Quizá fue una señal de que se avecinaba un año complicado. "El problema es que recibimos grupos enteros, sobre todo de la construcción, que vienen a darse de baja a la vez".

Así, a diferencia de otros años en los que ese tipo de casos solo se dan "al final de las campañas de Navidad, verano...", este 2008 la cadencia es continua. Y eso se nota, sobre todo, en la línea de demandas, donde ayer acudió Azucena Hernández para renovar la suya. Perdió hace ocho meses su trabajo como comercial. Desde entonces, aún no ha recibido ninguna oferta y, además, comparte la percepción de Fermín de que cada vez hay más desempleados.

Pero, al igual que su compañero en el Centro de Empleo, no pierde la esperanza. Por ello, aprovecha para hacer un curso de administrativo. Fermín hace lo propio con el curso de conductor. Y ambos sonríen con ilusión ante la despedida. ¡Suerte!