Consciente de que la masacre de Faluya daña irremediablemente su papel futuro en la transición política, el Consejo de Gobierno Iraquí (CGI) nombrado por EEUU jugó ayer dos cartas: denunció oficialmente la ofensiva estadounidense en la ciudad suní y envió una delegación para negociar la constitución de un nuevo Gobierno local con el que poner fin a la violencia. EEUU anunció por segundo día consecutivo una tregua para dar una oportunidad a este diálogo pero, a pesar de ello, los combates proseguían ayer de forma esporádica en la ciudad y al menos un marine murió después del inicio, a mediodía, del alto el fuego.

No es fácil la posición del CGI ante la ola de insurrección que vive Irak desde hace una semana. Si anteriormente ya contaba con una escasa popularidad entre una población que en gran parte los considera unas marionetas de los ocupantes, el CGI no puede pretender pilotar el nuevo Irak tras el traspaso de poder previsto para el próximo 30 de junio con el peso de centenares de muertos en Faluya. Por ello, ayer el CGI lamentó oficialmente "el castigo colectivo" que está sufriendo la ciudad suní y arrancó de EEUU que le dé una oportunidad a las negociaciones.

35 NEGOCIADORES Por ello, una delegación del CGI, compuesta por 35 personas, se encuentra ya en la ciudad negociando un acuerdo que se basaría en la entrega a las fuerzas ocupantes de los responsables del asesinato y la mutilación de cuatro agentes de seguridad estadounidenses hace 11 días.

La reunión se celebra en una mezquita y en ella participan líderes religiosos y de los insurgentes. El terrible ataque contra los cuatro hombres está en el origen de la ofensiva estadounidense, que hasta el momento se ha cobrado más de 450 muertos y 1.000 heridos, según fuentes sanitarias de Faluya. El general de EEUU Mark Kimmit declaró que el objetivo de la delegación del CGI es reinstaurar "una autoridad iraquí legítima" en Faluya. Es decir, que la policía iraquí controle la seguridad y un nuevo Consejo de Gobierno local.

Del éxito de estos contactos depende no sólo el fin de la carnicería en Faluya, sino que el CGI --clave para los planes de futuro de EEUU-- no se desintegre. Hasta el momento, dos ministros ya han dimitido y varios miembros del CGI, como Adnan Pachachi, han anunciado que están sopesando abandonar el órgano administrativo a causa del derramamiento de sangre que han provocado los marines de EEUU en Faluya. De todas formas, EEUU ya ha anunciado el envío de dos batallones más a la ciudad, entre ellos fuerzas iraquís. Los ocupantes también informaron ayer de que han detenido en la ciudad a cinco combatientes de Egipto, Sudán y Siria.

LA LUCHA EN LAS CALLES La indignación por los combates en Faluya recorre Irak. Ayer, Bagdad estaba semidesierta a causa de una huelga general convocada por las autoridades religiosas. Por primera vez desde el estallido de la rebelión, la capital registró combates callejeros entre insurgentes enmascarados y las fuerzas ocupantes. El barrio suní de Adamiya fue uno de los escenarios donde hubo enfrentamientos, que amenazan con extenderse por toda la ciudad, que ayer vivió una situación de calma tensa.

Además, un carro de combate fue destruido por una granada cerca del aeropuerto y, en Abú Gharib, los insurgentes atacaron varios camiones cisterna militares. Anoche, un soldado murió y dos resultaron heridos en un ataque con morteros contra una base aérea al norte de Bagdad. En el resto del triángulo suní, once iraquís murieron y 35 resultaron heridos.