No había pasado nunca, pero por fin ocurrió. El Gordo de Navidad hizo parada ayer en Cáceres para dejar un pellizco de 3,6 millones de euros del número 79.250, vendido en la administración La Luz, la número 9 de la capital cacereña situada en la avenida de París. Aunque solo fueron diez décimos --300.000 euros para cada uno-- de una serie más amplia que también se repartió en Barcelona, Tenerife, Burgos, Alicante, Madrid, Palencia, Zaragoza y Guipúzcoa, la alegría se desbordó en el despacho regentado por Pilar Iglesias y su familia desde hace 12 años.

Todos brindaron a mediodía de ayer por el premio, a pesar de que ninguno de los agraciados se acercó a festejarlo con ellos. Nadie tenía ninguna pista de quién o quiénes podían haber comprado los diez décimos del número ganador, puestos a la venta el pasado verano sin que se devolviese ninguno.

Sin embargo, la suerte, pero esta vez venida de Barcelona, estaba muy cerca de la administración número 9, en los pasillos del centro comercial Ruta de la Plata, donde las hermanas Eva y Susana Solís venden bisutería. Ambas adquirieron junto a su madre y la suegra de Eva dos décimos ganadores a unos primos que regentan el bar Maldonado en la localidad catalana de Pallejà, a 20 kilómetros de la capital, por los que recibirán 600.000 euros. En este establecimiento se repartieron ayer 180 millones de euros, donde el propietario, José Antonio Maldonado, fue sacado a hombros por los clientes. Sus primas estaban eufóricas. Cuando se enteraron por la mañana, ni siquiera sabían que también había tocado en el mismo barrio de Cáceres al que acuden a trabajar.

Eran las 11.14 horas y acababa de salir el Gordo. En apenas media hora la administración regentada por la familia Iglesias se llenó de cámaras y micrófonos esperando la llegada de alguno de los ganadores, situación que no llegó a producirse ni siquiera por la tarde cuando los ánimos ya se habían calmado y la administración iba a cerrar.

Pero dio igual. La Luz volvió a traer la suerte, repitiendo el buen recuerdo de los años 2000 y 2004 con dos segundos premios de la Lotería de Navidad que dejaron 1,4 millones y 960.000 euros, respectivamente. En el 2009 llegaron a repartir ocho millones de euros de La Primitiva. Del ganador tampoco han sabido nada. Todo un talismán para poder ganar. "Nos faltaba el Gordo. Tenemos suerte", afirmaba, aún emocionada casi dos horas después de conocer la noticia, la titular de la administración de loterías.

LOS DESEOS Pilar Iglesias afirmó también que deseaba que el premio hubiera ido a gente que lo necesitara. "Con los tiempos que corren, que sea para una familia a la que realmente le haga falta", decía. Los responsables de la oficina que devolvió la suerte a Cáceres comenzaron su andadura en Arroyo de la Luz y se trasladaron posteriormente a la capital. Ayer a mediodía aún recordaban cómo una prima acudió a celebrar con ellos el segundo premio hace seis años.

A esa hora, las hermanas Susana y Eva Solís ya disfrutaban de la fiesta en compañía de los suyos con una comida en el centro comercial. Los 600.000 euros les servirán para cumplir sueños: el de Susana, de 38 años y vecina de Aldea Moret, será la posibilidad de empezar una nueva vida en Londres, adonde tiene previsto irse en enero. "Ahora ya tendré un colchón", reconocía ayer, abrazada a su madre y su hermana Eva que, a sus 41 años y con dos hijos, vive en el residencial Universidad: "Podré hacer un viaje y contratar a alguien para no estar de diez de la mañana a diez de la noche en el centro comercial". Que la suerte hiciese parada en Extremadura también reconfortó a los directivos de la delegación comercial de Loterías y Apuestas. Julia María Sanguino, responsable en Cáceres, se acercó hasta la administración para felicitar a la titular. "Es una gran alegría. Nunca había tocado un Gordo en la ciudad y servirá para que el público compre más en próximos sorteos", reconoció la delegada, que no dudó en abrazarse a Emilia Gilete, la madre de la titular, posando para los medios gráficos con el cartel del número ganador.

LAS FECHAS Sanguino también recordó que desde 1986 la provincia de Cáceres no recibía el premio grande de la Navidad. En aquel año Plasencia y Coria fueron los municipios afortunados. "Ya era hora de que llegara otra vez", indicaba entre sonrisas.

Al revuelo de cámaras en la administración de la avenida de París se unieron también los curiosos, muchos de ellos clientes que acudieron a compartir la alegría con la familia Iglesias. Quini Iglesias, tía de la titular, se mostraba orgullosa de que su sobrina hubiera repartido los tres millones de euros y decía que el galardón "daba prestigio" a la oficina de la capital cacereña.

Hasta los alumnos del colegio Licenciados Reunidos se acercaron a la zona para estrenar sus vacaciones, tras haberse enterado de que el premio se quedó cerca del centro. Más de uno se quedó boquiabierto con el despliegue mediático que había transformado una avenida tranquila en un ir y venir de coches.

A las 13.30 horas, mientras llovía con fuerza sobre Cáceres, un aluvión de millones del Gordo ya se había encargado de recibir al invierno, un regalo que llegó envuelto en felicidad.