Los ríos españoles han perdido en torno a un 3% de su caudal durante los últimos 60 años y la cuenca del Guadiana aparece como una de las más afectadas. Una investigación del Centro de Investigaciones Científicas (CSIC) pone de manifiesto que los recursos fluviales son cada vez menores y que, en el futuro, seguirán disminuyendo.

Toda la cuenca del Guadiana a su paso por Extremadura se encuentra dentro de la zona en la que los investigadores del CSIC han detectado un descenso de entre el 2 y el 3% del cauce medio de los ríos. Unicamente en el área de Ciudad Real y en la cuenca del Segura, en Murcia, se observan reducciones mayores del nivel de agua que llevan los ríos desde mediados del siglo XX. La tendencia negativa es generalizada en gran parte del territorio nacional, aunque con menor intensidad. Según Sergio Vicente, uno de los autores de este trabajo, el cambio climático está detrás de este deterioro de las cuencas españolas. "El descenso generalizado podría asociarse a la disminución de las lluvias y al aumento de temperaturas en las últimas décadas, ya que la tendencia se observa tanto en tramos de ríos regulados (con embalses) como en los no regulados (sin embalses)", explica el investigador. En este sentido, los expertos creen que este proceso podría acelerarse durante el siglo actual de acuerdo con las proyecciones climáticas actuales para la península Ibérica.

El estudio apunta a otros posibles factores. Así, los cambios de usos del suelo, con el progresivo abandono de la agricultura y la ganadería en las zonas de montaña durante los últimos 50 años, pueden estar teniendo una incidencia notable sobre los ríos. Sergio Vicente explica que esos terrenos han sido colonizados por matorrales y bosques, aumentando la "infiltración, intercepción y evapotranspiración" por parte de la vegetación, "lo que disminuye la generación de escorrentías y las aportaciones a los ríos". También menciona otras circunstancias: la extensión de los regadíos, "que implican un mayor consumo de agua en zonas donde la evaporación directa la transpiración de los cultivos son altas"; el aumento de la demanda de agua para abastecimiento de poblaciones; el mayor gasto de agua por habitante y el incremento del consumo hídrico por parte de actividades industriales y turísticas.

AUMENTO DEL CAUDAL Frente a esto, hay determinadas zonas --pocas-- donde se ha observado una tendencia positiva. En puntos de Galicia, norte de Castilla y León, la cuenca baja del Tajo, el este de Andalucía y el nordeste de Madrid han visto como el caudal de sus ríos ha crecido durante el último medio siglo. En esta situación aparece gran parte de la cuenca del Tajo a su paso por Extremadura, donde los investigadores apuntan que hay hasta un 1% más de agua. "Las áreas donde el caudal ha aumentado están influidas principalmente por dos factores: un cambio en el régimen de precipitaciones, traducido en un cierto aumento de las lluvias en otoño, y cambios en el régimen fluvial, como consecuencia de la regulación de las cuencas mediante embalses", explica Sergio Vicente.

Los autores de la investigación restan peso a un elemento histórico: la mayor parte de los embalses españoles se construyeron después de 1950. "Hemos comprobado que la regulación hídrica, mediante presas y embalses, no afecta a las tendencias encontradas, pues éstas son negativas de forma generalizada; pero sí afectan a la magnitud de los cambios, dado que son las cuencas más reguladas las que presentan los descensos más marcados", argumentan.

El estudio ha tenido en cuenta las tendencias de caudal de 187 ríos de toda la península entre los años 1945 y 2005. En cada uno de ellos se ha analizado su caudal medio por estaciones. Los mayores cambios, según los resultados obtenidos, se aprecian durante los meses de invierno y primavera. La investigación ha sido desarrollada por miembros del Instituto Pirenaico de Ecología y ha sido publicada en la revista científica internacional Journal of Hydrology .