En el último mes los agentes de la Guardia Civil han detenido a siete personas como presuntas autoras de incendios forestales en la región. La última detención se produjo, según informó ayer la Delegación del Gobierno, en la noche del martes en las inmediaciones de Navalvillar de Pela, en Badajoz, cuando una patrulla del cuerpo de seguridad sorprendió a un hombre que había prendiendo fuego en una cuneta y que terminó quemando una hectárea y media antes de que fuera sofocado.

El supuesto autor del fuego, D. R. B., de 45 años de edad, echó a correr para huir de los agentes, pero éstos lo alcanzaron y lograron reducirle, para después detenerle cuando observaron que portaba un mechero en su mano derecha. Las diligencias instruidas junto con el detenido y el material intervenido fueron puestas a disposición del Juzgado de Instrucción de Villanueva de la Serena.

Esta detención se suma a la de los dos presuntos autores del incendio de Carrascalejo, que arrasó 3.800 hectáreas, arrestados el pasado domingo y que actualmente se encuentran en la prisión de Cáceres, así como a la de los cuatro detenidos a mediados de julio, dos de ellos como presuntos autores del incendio de más de 1.900 hectáreas en Cañaveral, Pedroso de Acim y Portezuelo, y los otros dos como presuntos responsables del incendio que afectó a los términos municipales de Bohonal de Ibor y Peraleda de San Román.

A diferencia de los autores de los incendios de Carrascalejo y Navalvillar de Pela, en los que existía una presunta intención, en los de Cañaveral y Bohonal se trataba de obreros que originaron el fuego por presuntas negligencias en el trabajo.

Los últimos datos de la Consejería de Desarrollo Rural indican que la mayoría de los incendios que se producen en la región son intencionados. Como ejemplo, más de la mitad de los 1.643 incendios registrados el pasado año fueron provocados, a los que habría que sumar parte de los más de 560 focos cuyo origen se desconoce. Así, solo 19 fuegos se iniciaron por causas naturales.

De otro lado, en julio había 12 personas a la espera de ser juzgados en la región por delitos de incendio.