Cuatro jóvenes de unos 20 años planifican una excursión por la ‘Ruta del Trabuquete’ (en la Sierra de Gredos). En un momento del recorrido, deciden abandonar la senda marcada y continúan campo a través. Pero al ponerse el sol, cae también la niebla y los excursionistas terminan rescatados por una patrulla de la Guardia Civil. Ocurrió hace justo un año y es uno de los 34 rescates y salvamentos que la benemérita realizó durante el 2018 en la región por accidentes o imprudencias en actividades al aire libre. La mayoría de estas incidencias (19) tuvieron lugar en la provincia de Cáceres y principalmente en la zona de la sierra norte, pero hubo 15 intervenciones de los agentes por llamadas a los servicios de emergencia en zonas de Badajoz.

Las cifras son similares a las del año anterior. En 2017 se realizaron 30 intervenciones, aunque entonces hubo 24 en la provincia de Cáceres y 6 en Badajoz. «En el sur de la región no son tan habituales este tipo de actuaciones como en Cáceres, donde hay más zona de montaña, más zonas escarpadas», reconocen fuentes del cuerpo.

La falta de planificación y de equipamiento y el desconocimiento de la zona están detrás de muchas de las excursiones que terminan en llamadas a los servicios de emergencias. «Los jóvenes emprendieron ese día la marcha sin adoptar las medidas de seguridad que les permitieran hacer el recorrido de manera óptima, su vestimenta y calzado no eran los adecuados y, además, habían abandonado la senda marcada», según la información remitida por los agentes sobre el rescate de esos jóvenes en la zona de la garganta del Jaranda.

La Sierra de Gredos es el paradigma de la etiqueta de ‘zona de montaña’ en Extremadura porque es la que presenta condiciones alpinas en entornos como el Circo de Gredos. Pero lo cierto es que los riesgos son similares en otros espacios naturales de la región como Orellana y Hornachos, donde el vasto espacio rural, las dificultades de acceso, los cambios climáticos y la falta de cobertura en los teléfonos móviles pueden complicar una salida al campo si no está debidamente planificada. Las estribaciones del Cerro del Hierro, en Badajoz, o la Sierra de Dios Padre y el Valle del Jerte, en Cáceres, son otras zonas «con sus peculiaridades», afirma Juan Manuel Jiménez, responsable de seguridad en la Federación Extremeña de Montaña y Escalada (Fexme).

la seguridad, lo primero/ No es que todos los incidentes se deban a imprudencias («hay gente muy experimentada que por un revés climático o por un descuido acaban con un percance», matiza Jiménez), pero es cierto que desde hace algunos años, actividades como el senderismo se han popularizado; gracias a las nuevas tecnologías es muy fácil encontrar rutas y mucha gente busca la foto en un lugar peculiar o singular, sin tener en cuenta todos los medios necesarios para llegar allí.

«No existe el riesgo cero en montaña o en actividades en la naturaleza. Pero cuantos más factores de riesgo se obvien, más aumentan las posibilidades de accidente», añade Jiménez, que recuerda que todos los años se producen accidentes en rutas tan transitadas como el Camino de Santiago, precisamente por falta de planificación o celo.

La norma dice que cuanto más ascendemos más fácil es que cambien las condiciones climatológicas, más expuestos vamos a estar y menos recursos de ayuda (refugios, albergues, una carretera próxima...) se van a encontrar. Por eso lo primero, según el experto en seguridad de la federación, es «la formación y la prevención», tanto si se va a participar en un evento deportivo como si se trata de una actividad de ocio. «Y si no tenemos esa preparación, hay que contar con un guía, un experto que va a tener en cuenta los factores climatológicos y la equipación, y que va a tomar decisiones para evitar riesgos», advierte

En esa idea incide también Vicente Pozas, presidente del club de senderismo La Vereína en Cáceres, guía de senderismo y autor del blog Andando Extremadura: «El senderismo se ha popularizado en los últimos años y eso está muy bien, pero la gente no es consciente de que la naturaleza es un entorno hostil y que eso hace que este deporte requiera planificación». Y añade: «porque en estos días de invierno, por ejemplo, si vas por caminos de piedras por zonas que están en umbría y que están muy húmedas, no puedes llevar tu típica zapatilla Adidas con suela lisa para caminar por la ciudad, porque el resbalón está asegurado. Y no es lo mismo que te caigas en la puerta de tu casa, donde tienes en un momento tienes una ambulancia, que en medio de un camino en una zona de montaña, con una espesa arboleda a la que ni siquiera puede llegar un helicóptero», añade el experto, que reconoce que en algunas de sus salidas «me he encontrado con gente con zapatos de charol en La Laguna de Gredos, a 1.500 metros de altitud, que subían con su mochila a comerse el bocadillo».

asesoramiento/ Para Pozas el primer elemento a tener en cuenta siempre al salir al campo debe ser «la seguridad» y por ello advierte que para quienes no tienen experiencia pero sí ganas de adentrarse en las actividades en la naturaleza, lo mejor siempre es comenzar con un grupo que te pueda iniciar en el mundo del campo. «Porque siempre hay alguien que te va a decir que el bastón es mejor que lo lleves de esta manera o que te puede orientar de como equiparte para caminar por el campo, qué calzado usar...». Y porque en los grupos, la falta de experiencia de unos se suple con las pautas de seguridad de los que conocen la actividad. En las rutas de La Vereína, por ejemplo, siempre van dos personas de la organización abriendo el camino (nadie puede superarles y van marcando con pañuelos rojos el trayecto). Otras dos personas van en medio y dos más cerrando el grupo, todos comunicados entre sí por walkies-talkies y si alguien se para o se queda rezagado, se avisa a los primeros para que aminoren la marcha y que el grupo no se disperse. La pareja que cierra el grupo se ocupa también de ir retirando las señalizaciones rojas.

planificar/ Pero para los que quieren simplemente una jornada con amigos: «lo importante es planificar», insiste. Y dentro de la planificación, un recurso esencial está en el teléfono móvil (siempre con la batería bien cargada) porque hay una aplicación de referencia que se llama ‘wikiloc’ (considerada el google maps de los senderistas), donde no solo se puede descargar la ruta, sino también el track del recorrido, y avisa en caso de que te desvíes del camino. Otra opción es llevar un GPS (aunque los smartphones lo tienen incorporado) y además es aconsejable disponer de alguna de las aplicaciones de emergencia, como Alercops (la más popular) que con solo pulsar un botón se conecta con el 112 y les trasmite georreferenciada la ubicación dede la que se ha lanzado la alerta.

Otra recomendación es no sobreestimar la capacidad de cada uno. «Hay quien se apunta a hacer la ‘Ruta de Carlos V’ (26 kilómetros con un desnivel de 1.100 metros, ) cuando no camina nunca», asegura Pozas que considera que una ruta como esa es esencial «planificarla, rodarse, estrenar el calzado que se va a usar...» para evitar correr riesgos.