Buscando el modo de hacer política sin los recursos con que los dirigentes de los gobiernos contaban hasta ahora, Guillermo Fernández Vara le encuentra a la crisis un aspecto positivo: la clarificación de las ideologías. Con la preservación de los servicios básicos por bandera, junto con su tradicional apuesta por la armonización autonómica, el presidente de la Junta de Extremadura afronta el último año de su primera legislatura en este cargo.

--La crisis manda y usted ha dicho que "lo ha trastocado todo", ¿pero en qué ha trastocado al presidente de la Junta?

--(Piensa unos segundos) Bien, yo creo que la crisis ha evidenciado que parte de las cosas que dábamos como irreversibles, no lo eran, como que los presupuestos --que para la gente, no son nada, pero son la herramienta para hacer política-- siempre iban en aumento. Hemos pasado de un incremento en dos dígitos de la recaudación por todos los impuestos (IRPF, IVA...) a su caída, pero no para un año o dos, sino para mucho tiempo. Ahora tenemos que hacer política sin los recursos que teníamos antes.

--¿Y trastoca la ideología?

--No, no, no. Creo que es precisamente ahora cuando con más nitidez hay que marcar la raya que nunca se ha de cruzar y esa la marcan las ideologías. Para mí, lo que no se puede llevar por delante la crisis es la igualdad. Hace unas semanas oía, en Badajoz, al liberal Pedro Schwartz decir que esto pasaba para acabar con la escuela pública y la medicina "sovietizada". Esa es la raya roja que los liberales dicen que se puede cruzar y que nosotros decimos que no, de modo que la crisis no solo no se lleva por delante la ideología, sino que la clarifica. Habrá que dejar de hacer otras cosas, pero no lo que afecte a la igualdad.

--¿Cómo se explica el céntimo sanitario, que afecta a todos por igual?

--Las políticas redistributivas se pueden hacer con los ingresos y los gastos, no solo con los gastos. Se trata de aportar todos un poquito más, para que luego se redistribuya el gasto. Mire usted, para que pueda --como sabe que ahora ocurre-- ir al hospital, que le operen, etcétera, para que todo eso esté garantizado, todos tenemos que aportar.

--¿Es antisocial la oposición del PP al céntimo sanitario?

--En la medida que ellos saben cuáles son las cuentas públicas y conocen que con esas cuentas, a pesar de la demagogia, no se puede sostener el actual sistema sanitario, sí.

--¿Habría que ir a algo más, por ejemplo, el copago?

--Creo que la palabra copago en España está maldita, de inicio. Hay muchas posibilidades, vinculadas también a que unas medidas puedan aplicarse a unos sí y otros no, que un copago generalizado.

--¿La factura ´en la sombra´, que ya se está planteando, no puede ser una antesala del copago?

--No debe serlo, es una información a los ciudadanos para que hagan un uso racional de la sanidad.

--¿Por qué ha subido los impuestos a los ricos, lo que supone poco dinero, por ideología, para compensar otras medidas que afectan a todos, como el céntimo sanitario...?

--La reducción de los ingresos exige dos cosas: ajustar mucho el gasto público, como hacemos, y aumentar los ingresos. Entonces, no es un problema de ricos o pobres, sino de repartir la carga en función de los ingresos que uno tiene o de lo que cueste la vivienda que se compre.

--Como dice, habrá más impuestos para los coches y viviendas de alta gama, los bancos, las eléctricas... ¿No sería más lógica una fiscalidad estable que apretar tanto ahora?

--En el Pacto Social y Político, nosotros ofrecimos trabajar en una fiscalidad a futuro, porque la estabilidad es buena. A mí juicio, es necesario actuar en ese ámbito y en otro, la búsqueda de una mayor armonización entre las autonomías.

--¿Qué pasará si todo este esfuerzo que se pide a los ciudadanos no basta para los servicios básicos?

--Tiene que alcanzar, es que tiene que alcanzar. Es imprescindible.

--¿Pero y si no llega el dinero?

--Tiene que alcanzar, tiene que ser posible sostener los servicios públicos fundamentales, que son los que nos hacen iguales y para eso tendrá que adelgazarse el resto del gasto y aumentar los ingresos. Esta crisis no se puede llevar por delante lo que los mercados quieren. Esto, que empezó como una crisis financiera que se juntó con otra inmobiliaria y que este semestre ha debutado como una crisis en los mercados, tiene unos objetivos. Los mercados desprecian el gasto público y saben de sobra que una parte son los servicios básicos, por eso los denigran.

--¿Esta crisis va a por el estado del bienestar?

--Estoy convencido. ¿Por qué una crisis que empezó en un sitio, tiene los efectos en otro? ¿Cuál es el paradigma de las sociedades de bienestar? Europa. El ejemplo europeo, que ha surgido del consenso --de la mano de gobiernos socialdemócratas, pero que los conservadores no se han atrevido a tocar--, es enemigo de los mercados, porque es gasto público.

--Sobre los gastos: ¿Cree que las sucesivas medidas de ahorro de las administraciones son suficientes para los ciudadanos?

--Seguramente no. Eso puede ser en parte porque no hayamos sabido explicarlo y, en segundo lugar, porque hay cosas en las que se podrá seguir recortando. Por ejemplo, en el día a día, si hay una inauguración --aunque sea de una empresa privada-- y hay una copa de vino, la gente pregunta "¿esto es imprescindible?"

--¿Lo es?

--Es que las empresas de cátering tienen que seguir existiendo, el problema es que cuando se individualiza la visión, no te das cuenta de que hay parte del gasto que retorna --en empleo,impuestos...--, por lo que reducir la inversión pública puede producir contraer la economía. ¿Dónde está la receta? En el punto medio: no gastar en nada superfluo, pero poniéndonos de acuerdo en qué es superfluo, porque hay cosas que generan empleo y riqueza.

--Ha invitado a la oposición a revisar esos aspectos. ¿Harto de que le acusen de despilfarro?

--Lo que quiero es que cuando se dicen cosas, se sepan las consecuencias. Por ejemplo, la oposición pide que desaparezca Marca Extremadura, ¿pero está de acuerdo con eliminar el patrocinio deportivo? ¿Quiere que haya vuelos desde la región? Si no, no puede pedir que desaparezca Marca Extremadura. Yo pretendo que no se haga demagogia.

--Decía que habría otras partidas en las que ahorrar. ¿Cuáles?

--Si el presupuesto del año que viene tiene que bajar no menos del 5%, estamos analizando cómo hacerlo. Pero o puede ser una disminución lineal, algunas partidas tendrán que reducirse más, porque hay otras que no se pueden tocar.

--¿Cree que Extremadura necesita 60 de 65 diputados liberados?

--Pues el Parlamento hace una función importante (aprobación de las leyes, control del Gobierno...). Lo que sí creo que sería bueno en España es que nos pusiéramos de acuerdo sobre los parlamentarios por ciudadano, ya que no parece razonable que una comunidad tenga 65 y otra 80.

Punto segundo: no se puede ser incoherente. No me parece bien que pueda haber más diputados liberados en el Parlamento que altos cargos en la Administración. Con la propuesta del PP sería exagerado, porque pide una reducción del 50% de los altos cargos de la Junta. Yo he planteado un 30% y con ese recorte ya habrá más diputados liberados (aunque eso no significa que no trabajen) que altos cargos (cincuenta y tantos), lo que parece absurdo.

--¿Pero piensa que la gente entiende esa cifra de diputados?

--Pero la Asamblea tiene un función importante y no voy a denigrar a los parlamentarios como desde la oposición se denigra al Gobierno. Lo que digo es que es incoherente pedir reducciones para los demás y no aplicárselo uno. No parece razonable que pueda ocurrir que el Gobierno extremeño tenga menos miembros que el Gobierno de una ciudad.

--Por eso, aboga por debatirlo y armonizarlo a nivel nacional.

--Claro, sigo manteniendo que las autonomías nos tenemos que poner de acuerdo en algunas cosas.

--¿Que ahora esté tan en carne viva el Estatut lo hace más necesario?

--Estoy convencido, es que si no la gente va a dejar de entendernos y puede sacar conclusiones erróneas. Las autonomías son las que han permitido que esta región tenga la sanidad y la educación que tiene. Pero eso hay que explicarlo bien.

--¿El fallo del Estatut pone en entredicho artículos del extremeño?

--En la parte interpretativa, sobre todo, y a la espera de cómo se redacte la sentencia, las conclusiones deben ser para todos, porque podría darse una paradoja, ya que hay 60 artículos en el Estatuto de Andalucía iguales que los Cataluña, pero no recurridos y aún no sabemos qué pasa.

--En ese sentido, ¿hay artículos del extremeño afectados?

--Que habrá que interpretarlos como diga el Constitucional, sí.

--¿Qué pasará si hay que traer esa norma de vuelta, porque se rechacen algunas reivindicaciones?

--Espero que eso no ocurra. No hay nada en nuestro Estatuto que, con los matices que haya que introducir --tendrá enmiendas, como todos--, suponga tener que traerlo para atrás. Vamos a ver qué indicaciones hace el Gobierno y después creo que hay cosas que se pueden matizar.