--¿Qué efectos tendría la devaluación de la deuda española que se debate en Bruselas?

--Es inaceptable cualquier ajuste que afecte al valor de la deuda soberana. No acepto que se cuestione la capacidad del Tesoro español de cumplir sus compromisos. Además de dañar a los bancos, que deberían a provisionar cifras muy importantes, encarecería la financiación de las administraciones y dificultaría el acceso al crédito, lo que alejaría la recuperación. Estoy radicalmente en contra de que se tome esa decisión.

--Esta crisis amenaza la supervivencia del euro, en parte por la torpeza de los líderes europeos...

--La construcción europea es un proceso complicado, que lleva su tiempo, pero que ha tenido más efectos beneficiosos que perjudiciales. El euro es un gran éxito, y yo apuesto por más Europa, porque todo el mundo haga sus deberes en casa, que cumpla sus compromisos, y desde luego que se ayude a quienes estamos dispuestos a cumplirlos.

--Si, pero antes hay que resolver el actual enredo del euro. ¿Cómo?

--Primero hay que reestructurar la deuda griega, evitar el contagio y demostrar a los mercados que la UE cumple sus compromisos. Ello requiere que la facilidad financiera de 440.000 millones de euros entre en vigor ya, aumentarla y destinar esos fondos a recapitalizar los bancos y a comprar bonos soberanos.

--Alemania, a la que le toca financiar el grueso de la operación, se resiste porque tiene la sensación de que lleva demasiados años pagando la fiesta de otros, incluida España...

--Hay que cambiar la imagen de España. Tenemos que ser un Estado fiable y cumplidor, que no cree problemas a los demás. Debemos cumplir el compromiso de dejar el déficit de este año en el 6%, un 4,4% en 2012. Hay que reestructurar y sanear el sistema financiero y acometer reformas estructurales para ser más competitivos, crecer y crear empleo.

--¿Habrá más recursos públicos para salvar a los bancos?

--Primero hay que completar la reestructuración hasta que haya un número de bancos capaces de cumplir sus compromisos y dar crédito. Los balances de los bancos deberán reflejar el verdadero valor de los activos. Y entonces, si hay que inyectarles dinero público, habrá que volver a hacerlo, para luego recuperarlo. Lo peor es no hacer nada.

--Es obvio que un colapso financiero hundiría al país, pero el rescate de la banca genera una injusticia: se salva con dinero público a los bancos y se deja a la intemperie a quienes no pueden pagar la hipoteca...

--Pero es que no hay alternativa. Hay que usar los mínimos recursos públicos posibles, que sean préstamos y se devuelvan. Y exigir responsabilidades, como se está haciendo con las cajas. No me gusta nada que encima algunos cobren indemnizaciones.

--En el primer tramo de la legislatura, usted calificó de "letal" la política económica. ¿Por qué el PP le negó su apoyo en mayo del 2010, cuando tuvo que rectificarla?

--El 5 de mayo del 2010 Zapatero me pidió apoyo para reestructurar el sistema financiero, y yo se lo di. Le advertí de que teníamos un problema con el déficit público y él me lo negó, pero una semana después, sin llamarme, anunció el recorte del gasto. Voté en contra de la congelación de pensiones y planteé una alternativa que no quiso ni negociar. Pero es verdad que en la última etapa ha querido negociar, y hemos pactado cosas.

--Como la reforma constitucional, exigida por carta por el Banco Central Europeo. ¿Son muy gravosas el resto de las medidas que exige?

--A mí nadie me dirigió una carta. Se la pedí tres veces al presidente y nunca me respondió.

--Cuando preguntaba por ella conocía de su existencia y contenido...

--Pero él es el presidente. En Italia se dio a conocer y aquí, no. Es evidente que tenemos que hacer cosas. No podemos seguir en esta situación.

--¿Qué reformas estructurales acometerá si es presidente?

--Primero, la reforma de la ley de estabilidad presupuestaria para fijar techos de gasto y endeudamiento a todas las administraciones. La segunda, el apoyo a los emprendedores con varias medidas: bajada de cinco puntos del impuestos de sociedades, y diez para quienes reinviertan los beneficios; el IVA no se ingresará hasta que se cobre la factura; y los acreedores de las administraciones podrán compensar la deuda con el pago de impuestos. Son medidas importantes para ayudar a las empresas, y acometeremos una reforma laboral, porque la actual legislación no sirve para crear empleo.

--¿El contrato único con 12 días de indemnización que pide la CEOE?

--Este Gobierno ha permitido encadenar contratos temporales sin límite, lo que agrava la dualidad del mercado laboral. Con los agentes sociales buscaremos un modelo que estimule la contratación y dé al trabajador un horizonte de empleo indefinido, y flexibilizaremos la negociación colectiva.

--¿Cómo combatirá el paro juvenil, que supera el 45%?

--El modelo alemán funciona muy bien. Los chicos que estudian Formación Profesional pueden compatibilizarlo con una especie de trabajo-aprendizaje en una empresa, por el que cobran una cantidad.

--Constato que no se cierra al contrato único de la CEOE...

--Lo que no puede haber es una tipología de contratos tan amplia como ahora. Habrá que plantear un contrato estándar o varios modelos. Se pueden buscar fórmulas, pero lo que es evidente es que el modelo actual no funciona.

--Si no se suben los impuestos, habrá que recortar el gasto público...

--No soy partidario de subir impuestos porque reduce el consumo, y por tanto los ingresos. Sí soy partidario de hacer recortes en lo que sea superfluo, pero en principio soy un firme partidario de un sistema público de pensiones, educación y sanidad, este último más eficiente. Son las últimas partidas que recortaría.

--¿Descarta el copago sanitario?

--Sí, yo no quiero el copago.

--¿Sobran funcionarios en España?

--A veces se estigmatiza a los funcionarios. Los hay magníficos y,en todo caso, hacen falta médicos y maestros, por ejemplo. Eso sí, lo que está claro es que en los próximos años no hay que aumentar el número de empleados públicos.

--¿Descongelará el sueldo de los funcionarios y las pensiones?

--Mi gran prioridad será no castigar más a los pensionistas. En cuanto a los funcionarios, veremos cómo están las cuentas.

--¿Sabe ya quién será su ministro de Economía?

--Sí, pero como puede suponer...

--¿Y lo sabe él?

--No.