Desde la implantación de la democracia, las mujeres han conseguido logros decisivos en el ámbito legal y en la igualdad de trato, de oportunidades y de no discriminación. Sin embargo, la realidad se empeña en poner de manifiesto la existencia de situaciones de desigualdad y de discriminación por razón de sexo, especialmente en el mercado de trabajo. Factores como la incorporación más tardía al mundo laboral, sus menores oportunidades de acceder a una experiencia o antigüedad, la escasa presencia en sectores y puestos de trabajo fuertemente masculinizados y la precariedad laboral contribuyen a la desigualdad salarial. Pero el origen de la discriminación hay que buscarlo en la infravaloración del trabajo femenino. Las mujeres se encuentran con importantes dificultades para acceder a ocupaciones tradicionalmente desempeñadas por varones y para alcanzar puestos jerárquicos. Esto se traduce en exclusión y en discriminación.

* Secretaria de Igualdad de UGT