"Queremos dar las gracias a los que han apostado por esta iniciativa ya que el premio es muy importante para nosotros". Las Hermanas Servidoras de Jesús en los enfermos pobres del Cottolengo del Padre Alegre desarrollan desde hace 60 años una eficiente y sacrificada labor social, caritativa y asistencial. "Que esto sirva para mayor gloria de Dios y para los pobres a los que servimos", declaró ayer la Hermana Virginia, responsable del centro, poco después de conocer que su labor había sido reconocida con la máxima distinción que otorga la comunidad. "Las Hermanas no hemos intervenido en la presentación para la concesión del premio. Ha sido todo ajeno a la institución", aseguró.

El Cottolengo de Las Hurdes acoge a niños y adultos con enfermedades incurables, discapacitados y personas abandonadas en la alquería de La Fragosa, en Nuñomoral. Desde su fundación en 1953, las cinco religiosas han acogido a más de 240 personas. La orden no admite subvenciones y desarrolla su labor exclusivamente a base de limosnas. A ellas se debe también la apertura de la primera guardería en Las Hurdes en 1969 y la del Coto Apícola.