Ha habido muchas profecías sobre lo que hubiese pasado con España si no hubiese ingresado en la UE, desde el aumento de la delincuencia y la actividad de las mafias hasta el riesgo de golpismo militar, pasando por el recrudecimiento del terrorismo y una rebaja de los estándares de protección del consumidor, seguridad de los trabajadores y derechos sociales.

Algunos analistas, sin embargo, han preferido abordar la cuestión desde una perspectiva más ontológica. Es el caso del notario y escritor Juan-José López Burniol, que afirma: "Si España no se hubiese integrado de forma plena a Europa, hoy seguiría sin ser ella misma". "Durante siglos --explica--, España fue Europa, pero no estuvo en Europa". En consecuencia, quedó "marginada de la evolución del núcleo duro del continente" y llegó tarde y mal a la revolución liberal.

UNA PELI MALA Algunos prefieren no plantearse siquiera la posibilidad de una España fuera de la UE. "Es la hipótesis de una mala película de ciencia ficción --apunta Pere Vilanova, analista de estrategia en el Ministerio de Defensa--. No se hubiera ganado nada excepto vulnerabilidad ante crisis internacionales". El ponente de la Constitución Miquel Roca es más tajante: "El escenario de una España fuera de Europa --señala-- es imposible, inimaginable, y no cabe siquiera plantearlo". Y zanja la cuestión con una sentencia concluyente: "España, simplemente, no sería".