Trabajar menos y con mejores horarios para producir más. Este es el mensaje que trasladó ayer a Extremadura el presidente de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles, Ignacio Buqueras, en un acto en el que también participó el director general del Instituto de Consumo, Pedro García Ramos. No es una utopía, es un sistema que ya funciona en los países más avanzados de la Unión Europea, donde se trabaja como media 247 horas menos al año que en España --lo que suma 31 días-- pero la productividad es mayor.

"Lo que ocurre en nuestro país, vinculando la permanencia en el puesto de trabajo a la productividad, es tercermundista", explicó Buqueras, y agregó: "Las horas tienen que ser efectivas y contando con una buena tecnología, así se logra que el trabajador esté más motivado y produzca más". Pero no es sólo un problema de número de horas, sino también de reparto de las mismas. El presidente de la comisión de racionalización de horarios indicó que no tiene sentido "dividir la jornada metiendo en medio tres horas para la comida y luego terminar a las 9 o las 10 de la noche". En cambio propone que la parada para comer sea de 45 o 60 minutos, y la salida del trabajo "nunca después de las 6 de la tarde".

De este modo el trabajador tendría tiempo para dedicarlo a su vida personal y familiar y de paso se ahorraría energía, ya que las empresas dejarían de consumir mucho antes.

Hay otro factor añadido, el de la competitividad. Así lo señaló el astronauta español Pedro Duque, presidente de una compañía de alta tecnología, en un testimonio grabado: A las empresas europeas les cuesta trabajar con las españolas "porque cuando llegamos, en España aún no están, luego están tomando café, después nos vamos a almorzar y cuando llegamos se han ido ellos, y cuando vuelven de almorzar, nosotros ya hemos terminado".

Buqueras exigió que la racionalización de horarios sea una prioridad política y un tema de debate entre sindicatos y empresarios. "No sólo es una cuestión de productividad, también afecta a la siniestralidad, al estrés, al absentismo escolar, a la conciliación, incluso a los accidentes de tráfico", apuntó. Asimismo, destacó que la Junta de Extremadura esté presente en la comisión, y reclamó acciones efectivas para que en el 2010 se vaya imponiendo esta filosofía. "En Extremadura también se da este problema, quizá con la única ventaja de que las ciudades son pequeñas y se pierde menos tiempo en los desplazamientos", explicó en su intervención.

Buqueras resumió las intenciones de la comisión, que celebrará dentro de dos semanas su tercer congreso, en cuatro puntos: dar valor al tiempo y saber que cada minuto es irrecuperable; cambiar la escala de valores priorizando la conciliación, "lo que puede incidir en el fracaso escolar"; no fomentar el presentismo sino la productividad y la motivación; y ser conscientes de que racionalizar horarios "es rentable, y si no ahí está por ejemplo el caso de Iberdrola, que lo ha aplicado y está notando los resultados".

Por su parte, García Ramos señaló que este tipo de políticas "las entendemos como un derecho ciudadano" y explicó que el tiempo "es un bien cuyo uso puede hacernos felices o infelices", por lo que es necesario "abrir este debate".