"Hace tres años invertí 115 millones de pesetas en este hotel, el Cristania de Caminomorisco, el único hotel rural de la comarca, y todo iba muy bien. El día que comenzó el incendio estaba completo, pero no quedó ni un huésped. Todos se marcharon al poco tiempo.

Desde entonces no he vuelto a tener ni un cliente. Es que ni paran al pasar, ven lo quemado alrededor de Caminomorisco y siguen. Y el comedor también está vacío. Tenía reservas y lleno hasta el 15 de septiembre, pero las han anulado todas. Perderé en lo que queda de verano unos dos millones de pesetas.

Mi nombre es Antonio Iglesias. El hotel tiene ocho habitaciones. Cobro por la doble 48 euros más Iva. Tengo cuatro empleados y espero mantenerlos de momento. Va ser muy duro durante los próximos cuatro o cinco años. Lo más importante es que nos den ayudas económicas. Esto sigue siendo muy bonito, pero ahora está quemado".