La llamada a la huelga general realizada por UGT y rechazada por parte de CCOO ha supuesto una fractura en la unidad de acción entre ambos sindicatos. El líder de UGT, Cándido Méndez, registró ayer el preaviso preceptivo ante el Ministerio de Trabajo de este paro de dos horas convocado para el 10 de abril. El objetivo es "dar seguridad jurídica" a los trabajadores "que quieran expresar su rechazo a la guerra" de Irak, dijo Méndez.

Su homólogo en CCOO, José María Fidalgo, justificó ayer el rechazo de su sindicato a la iniciativa de UGT. El responsable sindical reconoció haber discutido con Méndez la "posibilidad" de convocar conjuntamente este paro pero afirmó que, después de oír al resto del sindicato, "hemos elegido caminos distintos".

Las diferencias respecto al grado de respuesta sindical contra la guerra fue motivo ayer de un velado enfrentamiento entre los dos líderes. Fidalgo lamentó la quiebra de la unidad de acción pero opina que este tipo de movilización produce "crispación" social, junto a un "enfrentamiento" entre los empresarios y los trabajadores "que pueden compartir por igual su asco por la guerra".

Fidalgo criticó a UGT diciendo que se debe protestar contra la guerra sin "pegar tirones", sin aspirar a "liderar" movilizaciones, ni querer "levantar la cabeza por encima de nadie". CCOO "no va a encabezar acciones con un protagonismo que pueda dividir a los trabajadores", aseguró.

Méndez respondió a Fidalgo que UGT no ha querido "un atisbo de protagonismo" en esta cita sino evitar "escurrir el bulto de nuestras responsabilidades".

EXPLICACIONES DE UGT

El preaviso permite ejercer el derecho a la huelga que "nos estaban reclamando" desde distintas organizaciones, sirve para que los patronos hagan previsiones antes del 10 de abril y para superar "la incomodidad e irritación en los empresarios por los paros de 15 minutos", dijo Méndez.

Fidalgo ha vuelto a convocar a sus órganos de gobierno la próxima semana para intentar cerrar filas contra la huelga.