El 27 de julio del 2009, el mando único del Plan Infoex en Extremadura daba por controlado definitivamente el último gran incendio que ha azotado a la comarca de Las Hurdes en las últimas décadas. Según las estimaciones finales de la Junta, 3.265 hectáreas de frondoso monte público y pequeñas fincas de olivar y cerezos fueron pasto de las llamas. En apenas 72 horas el fuego convirtió uno de los enclaves más verdes de la región en un extenso páramo de cenizas y madera quemada. La proximidad del incendio y la intensidad del humo obligó a desalojar a más de 600 vecinos de varias pedanías de las localidades de Caminomorisco y Nuñomoral. Cerca de mil personas, entre técnicos, voluntarios, agentes del medio natural, bomberos de Extremadura, Galicia, Castilla y León y Portugal, y un gran número de efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) participaron en las labores de extinción.

Hoy, un año después de la tragedia, el monte hurdano comienza a dar síntomas de regeneración. Las intensas lluvias de los meses de otoño, invierno y primavera, sumadas a la rápida intervención para limpiar y restaurar el paraje, han dado lugar a los primeros brotes de vida vegetal y animal. Los ayuntamientos de la zona reconocen y destacan la importancia de los trabajos ejecutados por la Consejería de Industria, Energía y Medio Ambiente y el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino. Pero no todo son agasajos. Los municipios echan en falta más inversiones directas, más ayudas económicas y mayor condescendencia con las indemnizaciones a los vecinos que perdieron sus pequeñas explotaciones por culpa del fuego.

Juan Carlos Sendín es el alcalde de Nuñomoral. La localidad tiene unos 300 habitantes, que se elevan por encima de los 1.200 si se suman los vecinos de la decena de alquerías que dependen de su ayuntamiento --como Vegas de Coria, El Gasco, Martilandran, Cerezal o Rubiaco--. "Lo más duro fue el primer día. No lo voy a olvidar nunca. A la una de la noche me fui a dormir con la tranquilidad de que el fuego estaba controlado. Pero a las dos y media de la madrugada me llamó el subdelegado del Gobierno, Fernando Solís, para pedirme que evacuase Vegas de Coria, Rubiaco, y Nuñomoral porque el incendio se había reactivado con muchísima fuerza. Al salir a la calle vi frente al pueblo una inmensa columna de llamas que avanzaba muy deprisa. Tuvimos que sacar a los vecinos de sus casas y montarlos en autobuses. En el puente de Vegas de Coria no pude más y lloré de impotencia porque el fuego estaba arrasando nuestra comarca", recuerda el edil. Según los datos que maneja el consistorio --que no coinciden con los de la Junta--, las llamas calcinaron 4.500 hectáreas dentro del término municipal, que cuenta con una superficie total de 14.000.

Sendín, edil por el Partido Popular, reconoce el buen trabajo realizado por la Junta de Extremadura para limpiar y restaurar el monte. Sus pegas vienen por el lado económico: "todavía no hemos cobrado el dinero correspondiente al aprovechamiento de la madera quemada --el 85% corresponde a los consistorios y el 15% se destina a la financiación de actuaciones ambientales por parte de la Consejería de Industria, Energía y Medio Ambiente-- y dinero en forma de ayudas directas no ha llegado nada". Según el alcalde, ese dinero supondría un importante alivio para las cuentas municipales y permitiría crear puestos de trabajo para el importante número de vecinos de la zona que se encuentran en situación de desempleo.

PROMESAS "EN SACO ROTO" "No ha llegado prácticamente ninguna ayuda. Recurrimos al Gobierno central, que nos dijo ´sí, sí sí´ pero todavía nada. De lo que se prometió, lo único que se ha hecho es la limpieza del monte. Aunque ahí el trabajo ha sido muy bueno", coincide Soledad Gómez, alcaldesa de Caminomorisco, el otro término municipal afectado por el incendio. "Entre lo del 2003 (cuando otro incendio devastó 11.000 hectáreas de la comarca) y lo del año pasado se nos ha quemado prácticamente todo el patrimonio natural que teníamos", explica.

"La Junta anunció un plan de inversiones por 20 millones de euros, pero es un dinero que administran ellos. A nosotros no nos ha llegado nada. Hubiésemos preferido que nos hubiesen asignado algo, para poder gestionarlo directamente y generar puestos de trabajo entre nuestros vecinos", continúa la edil, que lamenta los problemas que han tenido con las empresas adjudicatarias de los trabajos de limpieza de monte para que contratasen mano de obra local para estas labores. "Ha sido una tomadura de pelo. Hay vecinos de Las Hurdes que han tenido trabajo, pero podían haber sido muchos más", sostiene.

Tras la tragedia, el Gobierno central también habilitó una línea de subvenciones para financiar la reparación de los daños originados por el fuego y los de las avenidas de aguas (por las lluvias) sobre las infraestructuras de la comarca. El