La Junta de Extremadura ofreció ayer el primer balance oficial sobre las consecuencias de los incendios que entre el viernes y el lunes asolaron parte de las comarcas de Villuercas e Ibores. En concreto, el presidente del Ejecutivo regional, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, explicó que no ha sido una catástrofe ya que los datos obtenidos por satélite avalan que el fuego ha arrasado 12.000 hectáreas, una cifra que se sitúa muy lejos de las 32.000 hectáreas que habrían resultado dañadas según las estimaciones de los alcaldes de la zona.

Rodríguez Ibarra señaló que todos los municipios afectados por el fuego suman una extensión de 120.000 hectáreas y "ha ardido sólo el 10%", por lo que hizo un llamamiento para que en la medida de lo posible se evite "el alarmismo y catastrofismo" al abordar este tema. Y es que, insistió, el resto de la zona --el 90%-- "está bien" y hay que intentar "no perjudicar al turismo" cuando, en realidad, estas comarcas "pueden seguir recibiendo visitantes".

En esta línea, el presidente de la Junta dejó claro que en estos momentos Villuercas e Ibores "no es una zona catastrófica ni es una zona perdida". De hecho, afirmó que Extremadura tuvo suerte "relativamente" puesto que no se han registrado pérdidas humanas ni "excesivos" daños materiales.

PERDIDAS DETALLADAS Por lo que se refiere al terreno arrasado por el fuego, detalló que de las 12.000 hectáreas unas 7.450 corresponden a monte, "que es lo que importa". De estás 450 corresponden a la zona de Castañar y Navalvillar de Ibor --principalmente se han quemado alcornoques, encinas y castaños-- y las 7.000 restantes a Cañamero, Guadalupe y Alía --sobre todo pinar (6.000 hectáreas) y también castaños y robles--.

En el caso de las pérdidas materiales, Rodríguez Ibarra indicó que han ardido muchas colmenas, pero casi todas estaban aseguradas, por lo que los apicultores afectados recibirán 60 euros por unidad tras haber pagado entre 38 y 44 céntimos por sus seguros. El fuego también provocó la pérdida de algunos animales ganaderos --sobre todo cabras-- y de especies cinegéticas --corzos, venados y jabalís--, pero no afectó ninguna especie en peligro de extinción, según el presidente de la Junta.

Ante esta situación el Gobierno regional aprobó ayer una serie de medidas destinadas a que los afectados no se vean perjudicados "pero tampoco excesivamente privilegiados", puesto que eso podría llevar a que otras personas piensen "en hacer un favor a su zona" y acaben provocando nuevos incendios.

MEDIDAS DE LA JUNTA A las medidas de ámbito nacional aprobadas por el Gobierno la Junta sumará, entre otras cosas, la gestión de los seguros, la devolución de tasas por retirada de corcho y madera, la elaboración de un plan de emergencia contra la erosión y la activación inmediata de las medidas de reforestación incluidas en el Plan Forestal. Asimismo, el año que viene la zona podría tener un plan de excelencia turística.

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