Polacos, colombianos, argentinos, peruanos, colombianos, libaneses, iraníes, y así hasta doce nacionalidades distintas. El rosario de países de procedencia de los médicos que ejercen en la sanidad extremeña se ha ido ampliando con los años. La sanidad extremeña se ha convertido en multilingüe --la principal barrera con la llegada de estos profesionales es el idioma, excepto, claró está, en los procedentes de Iberoamérica-- en un proceso que se ha acelerado en los últimos años, pero que no es nuevo.

Ejemplo de ello es Ali Al Salem, cardiólogo de origen libanés, y veterano dentro del colectivo de médicos extranjeros que ejercen en Extremadura. Según explicó, llegó a España hace 39 años, recién cumplidos los 17 años, para estudiar medicina en Madrid. Posteriormente ejerció como médico general y en 1985 comenzó el MIR, formación que completó en Toledo y Madrid.

Al concluir este periodo, en 1990, estuvo ejerciendo en diversas ciudades del país, entre ellas Jaén y otra vez Toledo.

Hace unos años "un amigo me comentó que había vacante una plaza de cardiólogo en el hospital del Plasencia" y además "me recomendó venir, porque el ambiente de trabajo era muy bueno".

Según asegura "vine con el pensamiento de estar tres meses, como prueba" pero comprobó que lo que le había contado su amigo era cierto y se quedó.

"En este hospital el ambiente de trabajo es excelente y cuento con compañeros muy buenos y con una buena relación con la gerencia", comentó Alí Al Salem, y agregó: "También me llevo muy bien con la gente, que tienen un trato muy amable".

Por ello, asegura que después de su periplo anterior no tiene ninguna intención de cambiar de lugar de trabajo ni de residencia.

"Aquí me quedaré si Dios quiere y no me echan", apuntó entre risas.