Pagar por no producir. Esta es la opción por la que apuesta Bruselas y no es algo casual o que se haga sin medir las posibles consecuencias, tal y como aclara el informe sobre el impacto de la propuesta de reforma de la OCM de Frutas y Hortalizas elaborado por la propia Unión Europea.

En esta línea, la UE confía en que no se provoque un abandono masivo del cultivo del tomate --el que está en una situación de mayor precariedad-- y que, a cambio, se produzca un mayor dinamismo entre los productores en busca de los sectores que sean más rentables en cada momento.

Amenaza clara

Este documento explica que las explotaciones y empresas de Extremadura, Andalucía y Murcia serán las más afectadas por la propuesta de la Comisión Europea.

En el caso concreto del tomate, señala que "las empresas pequeñas y especializadas en concentrado, como las de Andalucía, Extremadura o Portugal, serían las más vulnerables".

Sobre el impacto que tendrá la desvinculación de las ayudas de la producción, señala que "no se debe anticipar que se producirá un abandono masivo y generalizado por parte de los productores actuales". Sin embargo, "a largo plazo, los menos competitivos, con explotaciones más pequeñas o más alejadas de las fábricas podrían salir del sector".

En este sentido, Bruselas reconoce que esta desvinculación corre el "riesgo" de afectar de una forma sensible a las empresas que no tienen "un tamaño óptimo" y a los segmentos más desprotegidos frente a la competencia internacional.

A cambio, destaca la posibilidad de que los que abandonen estos sectores entren en otros, con "efectos positivos a largo plazo y consolidarán el empleo y un sector más competitivo".

La comisaria europea de Agricultura, Mariann Fischer Boel, defendió la supresión de las ayudas vinculadas a la producción como una manera de dar "libertad" al productor, de manera que pueda adaptar su cultivo a la demanda.

Fischer insistió en que esta desvinculación de ayudas es "la única manera de salir adelante para que agricultores que, por ejemplo, prevean en un año una gran producción de tomates puedan optar por otra cosa".

Además, aportará "libertad en el sector para producir lo que necesita el mercado", dijo, al tiempo que añadió que "los agricultores tendrán poder de elección, podrán seguir las señales del mercado sin ver disminuir sus beneficios".