De la defensa de la dignidad los ancianos a la indignación de los familiares. De la aplicación estricta de la ley al imperio de los sentimientos filiales.

Y es que el trabajo de la nueva unidad de la Consejería de Bienestar Social no siempre es bien entendido. Así, por ejemplo, nadie puso en duda su única declaración de clausura, emitida en julio de este año contra la Residencia de Mayores San Pancracio, en Casar de Cáceres, por graves deficiencias tanto en el ámbito sanitario como en la atención a los mayores. Además, se detectó una alimentación inadecuada acompañada de una mala manipulación de los alimentos. Hasta aquí sin problemas.

La duda llega cuando la aplicación estricta de la norma perjudica a los propios ancianos. Esto ha ocurrido, según varias familias, en el caso de la Casa Hogar Santa Teresa para mayores.

ALLI MEJOR El problema es que algunos de los ancianos internados eran muy dependientes cuando su permiso era sólo para ancianos válidos. Sin embargo, los familiares aseguran que allí están mejor que en ningún sitio, los mayores están de acuerdo y los responsables de la residencia se comprometen a darles todos los cuidados necesarios.

El caso es que Bienestar Social ha decretado su salida de la residencia por incumplir la norma y ahora las familias no encuentran un lugar adecuado para ellos.

Aseguran que si ellos y la residencia están de acuerdo,la Junta debería dejar que se quedaran y avisan de que "no es fácil encontrar un sitio en el que estén tan bien atendidos". A veces, añaden, lo importante de la ley no es el texto, sino el espíritu.