El peor incendio del verano en la región había arrasado hasta ayer más de 1.500 hectáreas de los términos municipales de Cañaveral, Pedroso de Acim y Portezuelo, al norte de la provincia de Cáceres, aunque vecinos consultados por este diario afirmaron que supera con creces las 2.000. A las 19 horas de ayer, según la Junta de Extremadura, el fuego, que estuvo 25 horas activo tras haberse originado a las 18 horas del miércoles, había quedado controlado con los medios aéreos, terrestres y humanos del plan Infoex, del Ministerio de Medio Ambiente y del Servicio Provincial de Prevención y Extinción de Incendios. Cinco retenes permanecieron anoche de guardia para intervenir. El 80% de la superficie afectada es pasto, monte bajo, y dehesa y solo el 20% arbolada.

El mando directivo del plan Infoex confirmó ayer que el fuego se inició en las obras de una rotonda de acceso a la Autovía de la Plata en Cañaveral. Otros tres incendios, originados por rayos, tuvieron que ser atendidos ayer en Santa Marta de Magasca, Monroy y Hornachos.

El panorama desde la sierra de Cañaveral a mediodía de ayer era desolador. Grandes extensiones entre esta localidad y Portezuelo aparecían quemadas en su totalidad y las cenizas aún estaban calientes en las cunetas de la N-630 en dirección a Cañaveral, donde se originó el fuego y que, según declaraciones del consejero de Desarrollo Rural, Francisco Javier López Iniesta, a Canal Extremadura Radio, podría haberse debido a la chispa de una radial de las obras de la autovía A-66 en una rotonda a la salida de Cañaveral. López Iniesta manifestó ayer que la tardanza en dar aviso a los servicios de emergencia pudo contribuir a la rápida extensión de las llamas, aunque prefirió esperar a las conclusiones del informe.

A la extinción se incorporaron ayer nueve camiones; tres del Sepei; un nodriza; 12 retenes de tierra; siete de aire; cuatro retenes de la Brif; seis helicópteros del Infoex; un tractor con grava forestal; seis hidroaviones; cuatro agentes de Medio Ambiente; tres coordinadores del Infoex, un técnico de la sección de incendios; dos de apoyo y el adjunto al mando único. Los trabajos se vieron dificultados por la velocidad y la dirección del viento, muy cambiantes durante la madrugada del miércoles, con rachas de hasta 40 kilómetros.

REACCIONES Los alcaldes de las poblaciones afectadas por el fuego valoraron ayer las consecuencias del incendio de diferente manera. La alcaldesa de Cañaveral, Maribel Monroy, afirmó que arrasó alrededor de unas 1.500 hectáreas de terreno público y privado del término municipal, aunque matizó que la cantidad exacta quemada "la conoceremos en los próximos días", dijo.

Monroy manifestó que las zonas más dañadas de Cañaveral han sido la Viña del Arco y el Cerro del Burro, así como otras zonas con huertos y olivos. Ayer por la tarde confirmó que las llamas fueron sofocadas en su totalidad, pero reconoció que en la tarde y noche del miércoles vivió momentos de gran tensión.

La más crítica fue la de Portezuelo, que expresó ayer cierto malestar por la falta de medios del Servicio de Emergencias del 112, "lo que dificultó la extinción del fuego", aseguró. Incluso, Elena Molano dijo que uno de los retenes "abandonó su puesto para irse a Pedroso".

Apuntó que en su término se

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