La Administración será inflexible este año y no permitirá la acampada libre de jornaleros en la próxima campaña agrícola. Así lo pusieron de manifiesto los representantes de organizaciones agrarias, sindicatos y administraciones en la Comisión de Flujos Migratorios reunida ayer en Badajoz, y en la que se concertó un calendario de reuniones para establecer las necesidades y condiciones de trabajo de cada campaña, y determinar la mano de obra necesaria.

Cada una de las partes expresó su deseo y su disposición para que "todos" cumplan las normas, con especial hincapié en que el alojamiento de los jornaleros inmigrantes debe ser digno y por cuenta del empresario. También coincidieron en la necesidad de acabar con la imagen y la precariedad de campamentos al aire libre como los que se establecieron la campaña pasada, sobre todo, pero no solo, en Tierra de Barros.

Ni administraciones, ni agentes sociales avanzaron una cifra sobre la necesidad de mano de obra inmigrante para la campaña. La primera será la de frutas, en abril, sector que el año pasado necesitó un millar de personas de fuera de España.

LA VID Y LA ACEITUNA Los sindicatos plantearon la necesidad de que las empresas contraten a mujeres para la vendimia y la recogida de aceituna, a lo que los empresarios se resisten por considerar que no es la tradición y son labores demasiado duras.

La delegada del Gobierno, Carmen Pereira, que presidió la comisión, señaló que estas reuniones entre la Administración (Trabajo, Sexpe y Secretaría de Estado de Inmigración), sindicatos, la Femp y las organizaciones agrarias, se celebran desde el convenio a raíz de un convenio del 2006 con el fin de establecer las condiciones para regular los flujos migratorios de trabajadores temporeros agrícolas. Asaja se comprometió a planificar sus necesidades de mano de obra con suficiente antelación, para cumplir los plazos, lo que permite evitar la picaresca y que se cometan abusos.

A este compromiso se une el de la Delegación del Gobierno de facilitar la mano de obra necesaria, conforme a las necesidades de las empresas agrarias y a los acuerdos con los sindicatos para que se cumplan las condiciones laborales exigidas por la ley. Y corresponde a los ayuntamiento prestar los servicios sociales necesarios para atender a las personas que acudan a las distintas campañas en sus municipios.

PROCESO DE CONTRATACION En la comisión provincial, como la de ayer, las empresas trasladan al Servicio Extremeño de Empleo (Sexpe) el número de trabajadores que necesitan para regularlo en toda la región. En caso de que con la oferta regional no sea suficiente, se hace extensiva a otras regiones y, posteriormente, el Ministerio de Trabajo tramita la contratación de temporeros de otras nacionalidades en aquellos países con los que España tiene convenios.

En este caso, el primero en fijar sus necesidades será el sector de la fruta, que a partir de mañana se fijará un calendario de encuentros con las distintas partes implicadas para determinar las necesidades reales de mano de obra en Extremadura y saber si se cuenta con suficientes trabajadores para afrontarla.

Juan Pedro León, director general de Empleo de la Junta, manifestó que dado que la planificación se inicia ahora, habrá tiempo suficiente para trasladar la petición al Gobierno para atender a la demanda agraria en caso de no contar con personal suficiente en la región. Y junto con Pereira señaló que en primer lugar corresponde a los ayuntamientos impedir que se instalen campamentos al aire libre de temporeros. La Delegada del Gobierno añadió que "la Guardia Civil será un instrumento más" para cumplir la ley.

Los sindicatos, por su parte apostaron en todo momento por contratar en un primer momento "a trabajadores y trabajadoras" de Extremadura, y después acudir a la mano de obra inmigrante que sea necesaria, pero siempre en condiciones dignas de contratación, salario y alojamiento, porque defienden "los derechos de todos los trabajadores, españoles o no", explicaron Juan Ogallar, de UGT, y Antonio Santiago Crespo, de CCOO.

El representante de Asaja, Bibiano Serrano, expresó la necesidad y la voluntad de su organización de solucionar toda el problema de falta de mano de obra que en su opinión hay en Extremadura, e insistió en que todas las partes "deben reconocer que existe ese problema, para que no ocurra como en años anteriores, que no había suficientes trabajadores" para atender las necesidades del campo.