«La universidad nos informó a través de un correo electrónico de que se cancelaban las clases como medida preventiva por el coronavirus, pero realmente nosotros ya lo sabíamos porque habíamos estado viendo las noticias en la televisión todos juntos en el colegio mayor. Ante la situación que estábamos viviendo, la mayoría decidimos que nos íbamos, creo que es lo lógico. Si acaso se han quedado el 20% de los estudiantes allí, muy pocos. La residencia, que se llama Fundación Sepi, tiene un sistema semipúblico, y como desde el Ministerio de Sanidad se ha recomendado no viajar, pues va a seguir abierta para los estudiantes que han decidido no moverse de Madrid». Quien se expresa es la joven Rocío Muñoz, cacereña de 19 años, que habla ya desde su casa en Extremadura, a la que llegó el pasado martes.

Ella es una de las universitarias de la región que cursa sus estudios en la capital madrileña. Está matriculada en primer curso de la carrera de Periodismo, en la Universidad Complutense.

Se marchó de Madrid antes de que desde la consejería de Sanidad y Servicios Sociales de la Junta se recomendase a los jóvenes que vinieran de allí una minicuarentena de 72 horas para intentar evitar, en la medida de lo posible, la expansión del virus para.

«El problema, los abuelos»

No obstante indica que, dada la situación actual, ya era consciente de que podía haber estado en situaciones riesgo de contagio, porque Madrid es ahora mismo el principal foco del coronavirus en España (allí es donde también más alarma se ha desatado) y donde se prevé que más aumenten los casos positivos. Por ello sabe -y así lo expresa- que debe ser responsable y aplicar determinadas medidas. «Intento salir poco a la calle porque tengo claro que ahora mismo puedo ser portadora del virus aunque no presente ningún tipo de síntoma. Y el problema no es que yo tenga síntomas, el problema es que se lo contagie a la población vulnerable, a nuestros mayores», manifiesta. «Tenemos que procurar que nuestros abuelos no se pongan en situaciones de riesgo, eso es lo verdaderamente importante», añade esta joven.

Asimismo explica que decidió venirse a Cáceres y no quedarse en Madrid como algunos de sus compañeros porque vive en un colegio mayor donde, «si hay un caso positivo, el número de contagios sería importante», asegura. «Si yo viviera en un piso compartido solo con dos o tres personas, seguramente me habría quedado, pero donde estoy somos muchos».