La adaptación al proceso Bolonia empuja a los alumnos al mercado mientras la competencia empuja a los empresarios a innovar, y para ello se alistan cada vez más a las filas universitarias. De hecho, según el informe de la Fundación Conocimiento y Desarrollo, aunque sigue siendo baja su presencia, el 9% (317 millones) de la investigación universitaria del país se financia desde las empresas, casi un 2% más en solo un año. El porcentaje supera la media de Europa (6,7%) pero sigue estando lejos de países como Alemania, que capta de sus empresas el 14,2% de fondos.

En el caso de la Universidad de Extremadura, las instituciones que más fondos aportan para el desarrollo de proyectos de investigación son la Junta de Extremadura, el Ministerio de Educación y Ciencia y la Unión Europeo; pero en los últimos años empresas e instituciones privadas han incrementado su participación a través de convenios y contratos de colaboración, según detalla la Memoria de Investigación 2009 de la Uex. En conjunto, durante el pasado año, la institución extremeña acordó 558 proyectos de investigación, lo que supuso un montante económico de más de 19 millones de euros. Los trabajos del campo científico, biomédico y técnico recibieron las mayores cuantías.

Además de los artículos científicos que analiza el grupo SCImago para determinar el Ranking Internacional de Instituciones de Investigación, hay otros indicadores que avalan los resultados científicos fruto de esa financiación, sobre todo en cuanto a la universidad se refiere: libros, informes, estancias internacionales, patentes... Según la memoria de la Uex, durante el 2009 se publicaron 986 artículos en revistas científicas, lo que supone un incremento de casi el 40% con respecto a un año antes. Otro indicador son las patentes, que también van en aumento.

El año pasado el Servicio de Gestión y Transferencia de Resultados de Investigación (SGTRI) de la Uex registró ocho patentes nacionales, fruto de las investigaciones de los campus, y dos extensiones de patentes internacionales, lo que supuso el 25% de las registradas en la región. En lo que va de año esa cifra ya está superada; hasta la fecha el SGTRI ha inventariado 14 patentes de la universidad y un modelo de utilidad --son también invenciones con un rango menor que la patente puesto que su autoría está protegida durante un periodo de 10 años en lugar de 20 años--.

Para que una invención se convierta en patente deben cumplirse tres requisitos imprescindibles: tiene que ser algo novedoso a nivel mundial y no haber sido presentado públicamente; que dé respuesta a un problema; y aplicable por cualquier industria. "Si no se dan estas tres características a la vez no se puede proteger una invención", resume Victoria Pozo, jefa de la Unidad de Transferencia de Resultados de la Investigación del SGTRI.

Pese al trabajo que hay detrás de cada patente su repercusión es muy limitada. "Poner una innovación en el mercado es difícil pese a la protección que se concede. Solo se explotan el 2% a nivel mundial. Nosotros tenemos algunas cedidas pero dan poco dinero", explica. Pero aunque tienen escasa trascendencia son un excelente recurso en alza para mejorar el currículum del profesor y la transferencia de i+D+I de la Uex, muy revalorizadas para evaluaciones como la de Scimago.