Administraciones y empresas privadas han invertido en infraestructuras públicas en Extremadura 14.470 millones de euros durante el último siglo. Esta cifra sitúa a la región como la sexta comunidad autónoma que ha dispuesto de menos dinero para acometer proyectos civiles --por ejemplo, para obras de comunicación, educación o sanidad--, lejos de Andalucía, Madrid o Cataluña, que han manejado montantes hasta cuatro veces superiores.

Es el resultado del estudio realizado por el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas en el que se analiza el reparto del capital público por territorios entre los años 1900 y el 2005 y la repercusión que ha tenido este dinero sobre el crecimiento y la convergencia entre regiones. "El impacto es mayor cuanto más atrasado está un territorio. En este sentido, Extremadura era la región con mayores atrasos en el año 1900. Ahora, aunque en muchos indicadores sigue a la cola del país, es una comunidad desarrollada y que no para de crecer", explica Matilde Más, autora del informe y profesora de la Universidad de Valencia que se muestra convencida de los efectos positivos que estos fondos han tenido en todo el país.

Esos 14.470 millones de euros proceden de las inversiones --pasando los importes en pesetas a euros-- que las administraciones central, autonómicas, regionales y locales, y la iniciativa privada, han realizado en iniciativas para el bienestar público, como ferrocarriles, aeropuertos, carreteras, pantanos o infraestructuras sanitarias y educativas. Y colocan a Extremadura por encima de comunidades como Murcia, Baleares, Cantabria, Navarra o La Rioja, todas ellas con un nivel de renta por habitante superior al de la región.

Según Matilde Mas, este trabajo no es ninguna respuesta al debate sobre la financiación autonómica ni pretende ser alternativa a las balanzas fiscales. "Se

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