El presidente de la Junta, José Antonio Monago, está relajado. Al menos esa es la imagen que transmite. No parece incómodo, o desubicado, o extraño al lugar, en su despacho de Presidencia. Al contrario: a los cinco días de su toma de posesión (esta entrevista se hizo el pasado miércoles) ya asume con el periodista el papel de anfitrión y se le nota que ha entablado con el mobiliario esa relación inconfundible, si no de intimidad sí de buena vecindad, que adoptan los que sienten que ´están en casa´ y conocen, porque lo han creado o porque lo han hecho suyo, el espacio en que se mueven.

En el despacho, y sobre todo en su mesa, reina un orden todavía a salvo de carpetas y papeles. Nadie diría que para que José Antonio Monago llegara hasta aquí la región haya tenido que pasar por uno de los períodos más convulsos de la historia autonómica. No hay aquí ninguna huella de las tensiones vividas. Tampoco parece tenerlas el presidente, que se dispone a la entrevista con un espíritu de ´boy scout´: "Vamos allá", dice. En el despacho, además del fotógrafo, también están su jefe de prensa y su jefe de gabinete, que se acomodan cerca, parece que más para oírle que para asistirle.

--¿A qué se dedica un presidente los primeros días de su cargo?

--No hay secretos: principalmente a constituir el Gobierno, a supervisar la transición y a formar los equipos de cada consejería. Lo importante ahora es que la región tenga su gobierno conformado de arriba abajo lo antes posible y con el objetivo de hablar antes que de lo mío de lo de todos, que es Extremadura.

--¿Cómo se está haciendo la transición? ¿Ha habido alguna reunión de los dos gobiernos, el entrante y el saliente?

--Ha habido una única toma de contacto entre los consejeros salientes y los entrantes. Lo que sí están haciendo ahora los consejeros es hablar con secretarios generales, directores generales, etc. para tener un conocimiento más profundo de lo que hay. Lo importante no es ir con la filosofía del ´quítate tú para poner yo a uno de los míos´ porque muchas estructuras hay que replantearlas. No tendría sentido que cesaran los altos cargos del gobierno anterior para sustituirlos por otros. Es preferible reestructurar y después hacer ese proceso. Habrá una sustancial reducción de cargos, pero no lo tenemos cuantificado todavía.

--¿La transición está siendo modélica como pretendía Fernández Vara? ¿Está habiendo espíritu de colaboración?

--En general, sí. Hay gente que está alicaída porque sabe que dentro de unos días saldrán de su puesto, pero en general hay disposición a que el traspaso se produzca con normalidad.

--Supongo que estará teniendo que consultar mucho con Fernández Vara estos días.

--La comunicación es permanente y hay hilo abierto para cualquier duda que surja. El se ofreció y yo se lo agradezco.

--También se ofreció a acompañarlo cuando vaya a Bruselas por primera vez para hacer las pertinentes presentaciones. ¿Lo acompañará finalmente?

--Sí, cuando vayamos por primera vez a Bruselas vendrá él y también Pedro Escobar, a quien le ofrecí que se uniera a la expedición, sobre la que aún no hay fecha. En Bruselas se ventilan los fondos europeos. Estamos hablando ya de las cosas de comer, de asuntos serios.

--En los últimos días ha manifestado que el déficit extremeño está "unas décimas" por encima del 1,3% del PIB previsto para todo el año. No sé si mi impresión es correcta, pero he creído notar que ese "unas décimas" contrasta con lo manifestado por la presidenta de Castilla-La Mancha, que ha hablado de que en esa comunidad existe un déficit que triplica al oficial, y que ha sido aprovechado por la prensa internacional para poner en entredicho la solvencia de España. ¿No cree que Cospedal hace un flaco favor a la nación con este tipo de declaraciones?

--Este es un tema delicado. Si el déficit final es muy superior al 1,3% a que obliga el Gobierno central y lo digo se genera mucha desconfianza, pero si no lo digo estamos ocultando la realidad. En ese equilibrio nos tenemos que mover. No pretendo, ni mucho menos, generar desconfianza en Extremadura, pero también uno tiene la obligación de decirle a la gente cómo están las cuentas. Yo he dicho la verdad, que el déficit extremeño está unas décimas por encimade lo previsto. Unas décimas, pero por encima. Esto no es como la fiebre. Una décima es mucho dinero.

--Para que la gente lo entienda, ¿de lo que ha visto se deduce que ha habido despilfarro en la gestión del PSOE?

--De lo que he visto se deduce que esta Administración tiene sobrepeso y que hay que someterla a una dieta severa de adelgazamiento. Aquí no ha habido nunca un ajuste. Quiso hacerlo Fernández Vara, pero fue liviano. Quitó solo el pan, y hay que quitar mucho más. Y no solo en la relación de puestos de eventuales, de libre designación, de confianza, etc..

--¿Quiere decir que también habrá que limitar las empresas públicas.

--También. Las empresas públicas se han multiplicado y han multiplicado sus estructuras de forma no ajustada ni a las necesidades ni a los recursos de la Administración. Da la sensación, dicho castizamente, de que hay más jefes que indios.

--Usted ha dicho que lo primero es hacer el Presupuesto del año que viene y que la política contra el paro impregnará todos los departamentos. Los políticos hablan mucho del paro, pero ¿de verdad piensa que desde el ámbito autonómico se puede luchar decisivamente contra el paro, cuando estamos hablando de la crisis del euro?

--Se pueden hacer muchas cosas. Es verdad que la capacidad que tenemos es limitada, pero hay políticas locales y autonómicas importantes. Si nuestros emprendedores se quejan de burocracia eso no es una responsabilidad del FMI sino nuestra. Si hay proyectos inmediatos para generar empresas en Extremadura podemos hacer dos cosas: o ponerles trabas o ponerles una alfombra. Yo quiero ponerles una alfombra, y eso es responsabilidad nuestra. Creo que hace falta un cambio de mentalidad. El funcionario y el político tienen que saber que el que llama a una ventanilla es quien le paga su sueldo. Es un proceso inverso a como lo entienden algunos. Si hay esos cambios de mentalidad, si las ayudas son ágiles, si no hay trabas ganaremos en confianza, que es vital para la creación de empleo.

--¿Se atreve a dar una cifra sobre los puestos de trabajo que prevé crear en esta legislatura?

--No. Yo soy del PP, no del PSOE. No tengo una varita mágica. Ya sabemos lo que pasó con estas cifras. Los 800.000 puestos de trabajo de González o los 60.000 de Vara. Es una temeridad. No hay ninguna herramienta capaz de calcular los empleos que se pueden crear en condiciones tan cambiantes y difíciles como las que vivimos. Podríamos dar una cifra, pero entonces esta entrevista descendería a ser una conversación de barra de bar y no las manifestaciones de un político responsable. Lo que sí tengo es el compromiso de que mi prioridad absoluta es la creación de empleo. ¿Eso se traducirá en creación de puestos de trabajo? Estoy convencido de que sí, y también estoy convencido de que por la cifra de paro se me va a medir dentro de cuatro años.

--Por tanto sería un fracaso que, dentro de cuatro años, se mantuviera el paro actual

--Si se mantuviera, sí, aunque también dependería del comportamiento en otras comunidades. Si en todas sube y aquí nos mantenemos, también sería un éxito.

--¿Tampoco se atrevería a decir que va a mantener la actual cifra de población activa?

--Hombre, esa obligación la tenemos, aunque no es una cuestión numérica, sino de asentar una serie de proyectos estratégicos que tenemos en la región para que se produzca un crecimiento del empleo. Y para eso tenemos un instrumento que nos dotamos partidos políticos y agentes sociales que fue el Pacto Social y Político de Reformas, que es una declaración de principios que dan las claves de por dónde tenemos que andar.

--También ha dicho que no va a tocar ninguna política social: sanidad, educación, dependencia. ¿Tiene ya elementos de juicio para saber si el presupuesto que hay es ajustado o hay que allegar fondos para mantener esos servicios?

--Lo que conozco ahora es que los ingresos son muy escasos porque no hay actividad económica y lo que hay que hacer es un ejercicio de austeridad muy severo para que el ahorro permita apuntalar las políticas sociales. Por eso nuestra primera responsabilidad es el ahorro, y luego vendrá la actividad económica que, como antes decía, es responsabilidad también de las instancias nacionales e internacionales.

--¿Va a mantener el Plan de Infraestructuras que aprobó el PSOE la pasada legislatura?

--No. Es imposible. Ese plan es una carta a los Reyes Magos. Hay que replantearlo. Es preferible programar pocas cosas y hacerlas que elaborar un plan como si uno fuera el dueño de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre.

--¿Qué va a pasar, entonces, con la autovía Cáceres-Badajoz? El otro día me pareció oírle que se mantendrá, pero ahora...

--Quiero hablar con el ministro de Fomento, entre otras cosas porque hay mucha infraestructura del Estado comprometida con Extremadura y quiero saber si el compromiso sigue. Sobre esa autovía en concreto hay un compromiso de abono por parte del Estado, aunque el dinero lo tenía que adelantar la Junta.

--¿Y estará la Junta en condiciones de adelantar el dinero, que creo que eran 350 millones?

--Habrá que verlo. Los equipos de Economía y Hacienda están valorando la situación. Estamos viendo las obligaciones pendientes, si hay créditos no reconocidos, etc. Estamos viendo cómo poner los contadores al punto real. En función de todo eso, haremos la programación y los presupuestos. Hasta tanto no lo tengamos, no voy a aventurarme a decir si esa obra la mantenemos o no.

--Más inciertas serán, entonces, las autovías regionales.

--Me da la impresión de que las cuentas no están para muchas infraestructuras, lamentablemente.

--Sobre el AVE pesan varias amenazas: la retirada de Portugal del proyecto y que se empiece a valorar si una línea Madrid-Badajoz tiene rentabilidad.--Si eso ocurriera sería de las mayores decepciones que pudiera sufrir. Porque todas las comunidades van a tener un tren de Alta Velocidad. No se entendería el mapa de España sin AVE en Extremadura. No somos menos que nadie. Son infraestructuras de futuro. El problema no es de pasajeros. Si muchas de las infraestructuras se hicieran exclusivamente en términos de rentabilidad a Extremadura no vendría nada. En este asunto yo no me voy a rendir. Porque el AVE es la diferencia de estar o no estar en el mundo. Además, es estratégico de cara a Portugal, que algún día se recuperará de la crisis actual. Algo tendrá que decir la UE porque este proyecto es estratégico para Europa. De lo que se trata es de alguien suba al tren en Lisboa y pueda llegar en AVE a París.

--¿La decisión de sacar a la Junta del capital social de la refinería tiene que ver con el acuerdo con IU para facilitarle su investidura?

--No. Se trata de que no hay dinero. Simplemente. Que me digan los extremeños de dónde saco el dinero para participar en un proyecto de esta envergadura. Aunque sea un jarro de agua fría a este gran proyecto industrial cuya implantación en Extremadura voy a apoyar. Bien que me pesa esta decisión, pero no tengo más remedio.

--¿A esa conclusión ha llegado antes de entrar en el Gobierno o es consecuencia de la información que tiene después de la toma de posesión?

--Como he dicho antes, hemos visto que el déficit es superior al techo a que obliga el Gobierno central. Y que hay dificultades en las cuentas. Hay que priorizar. Lo que no se pueden tocar son las políticas esenciales y básicas.

--¿El desenganche de la refinería es el primero de otros desenganches? ¿Se va a replantear el grupo Avante?

--Vamos a analizar, una a una, todas las participaciones del grupo Avante en empresas. Tenemos que ver la rentabilidad económica, social y política. Y hay empresas en las que participa Avante que entran en concurrencia con la iniciativa privada. No vamos a entrar como un elefante en cacharrería. No es mi estilo ni es lo que necesita Extremadura. Hay que reorganizarlo todo y hay que cambiar el modo de hacer las cosas.

--Antes hemos mencionado a IU. ¿Hay acuerdo con este grupo más allá de la investidura, como afirma el PSOE?

-No hay ningún acuerdo ni nada que no conozcan los extremeños. Palabra de honor.

--¿Pero usted se va a dirigir antes a IU que al PSOE cuando toque plantear un acuerdo?

--Eso sí. Me dirigiré antes a IU, aunque siempre buscaré el diálogo con el PSOE. ¿Por qué hablaré antes con IU? Porque se han abstenido en mi investidura, respetando la voluntad mayoritaria del pueblo extremeño, mientras el Grupo Parlamentario Socialista votó en contra. Si el PSOE hubiera aceptado lo que decían las urnas y no hubiera jugado hasta el final con la posibilidad de gobernar en Extremadura no se hubiera perdido un mes, que va a resultar imprescindible para elaborar los presupuestos. Y de paso hubiera dado un ejemplo de estar a los intereses generales de los extremeños.

--Pero eso que llama usted un juego del PSOE por buscar la posibilidad de gobernar es un derecho, como el que hubiera tenido el PP si hubiera estado en su lugar.

--Sí, pero la realidad es que ahora llevamos un mes de retraso.

--Ese retraso es achacable al proceso asambleario de IU y no a los intentos del PSOE por conformar una mayoría.

--Pero es que en esas semanas el PSOE estaba en la situación de quien se pierde en un desierto y ve espejismos. Han perdido las elecciones y no sabían muy bien qué había pasado y en ese espejismo creyeron ver el agua de Izquierda Unida y se dijeron: "de ese agua vamos a beber", que es lo que siempre habían hecho. El problema es que esta vez no había agua.

--En la investidura hubo alusiones a los 12 ´mandamientos´ de IU...

--Es simpático que Izquierda Unida hable de mandamientos...

--Es verdad, ¿pero tiene planteado algún calendario para llevar al Parlamento alguna de esas propuestas, como el cambio en la Ley Electoral o en el estatuto de los expresidentes?

--No. El plazo es esta legislatura. No tengo inconveniente en llevar el proyecto de la reforma de la Ley Electoral dentro de unos meses o dentro de un año o de dos. Tampoco le afecta a IU a corto plazo porque no hay elecciones hasta el 2015. Ahora nos tenemos que centrar en las cosas importantes.

--Tampoco es importante el estatuto de los expresidentes, pero en algún momento habrá que pronunciarse y me gustaría saber su parecer. ¿Usted es partidario de suprimirlo?

--Aquí doy mi opinión personal, o todo lo más, como parlamentario. No se ajusta a los tiempos tener una oficina o un sueldo después de ser presidente. No soy partidario. Nadie cuando se queda en el paro tiene un sueldo; en el mejor de los casos las prestaciones por desempleo. Aquí te pagan durante tu mandato. Tienes la honra de representar a tu pueblo y después uno tiene que reintegrarse a la vida civil. Eso no quita que haya aspectos particulares, como puede ser la seguridad, que habrá que tener en cuenta.

--Sigamos con los ´mandamientos´ de IU. El de la renta básica. Usted ha dicho que pedirá al Gobierno central un adelanto del 50% anual de la deuda histórica. Serían unos cien millones. Esa cantidad la destinaría a la renta básica que pide IU. ¿Cómo va a satisfacer esa exigencia si el Gobierno central no accede al adelanto que pide?

--Si no accediera tendría que empezar el Gobierno central por explicar por qué en Andalucía está intentando pagarla, aunque sea en solares, y aquí no. Extremadura no es más que nadie, pero tampoco menos. El origen de la deuda histórica en Andalucía es muy similar a la de Extremadura. No puede haber tratamientos diferentes.

-- Pero pongámonos en lo peor. ¿Si finalmente no accede a esa petición, cómo se sufraga la renta básica, que es una iniciativa muy cara?

--Habrá que verlo. Tendremos que ser todavía más austeros. Tendremos que estudiar en qué condiciones se paga: quién es beneficiario de ella, durante cuánto tiempo porque esa renta no es vitalicia, y en qué cuantía. Lo que tengo claro es que esta es una preocupación no solo mía, sino colectiva. Nosotros no podemos dejar caer a muchas personas en la exclusión social, y hay muchos extremeños en riesgo. En cualquier caso, la renta básica está implantada en muchas comunidades autónomas y de muchas formas. Ya quisiera yo que a Extremadura se le diera la tercera parte de las ayudas que el Estado le ha dado a la industria del automóvil de Cataluña.