"Los 426 euros no alcanzan para vivir, pero es mejor algo que nada". José Javier Díaz perdió el empleo que tenía en Barcelona como técnico en electromedicina hace cuatro meses: "Un día me dijeron, mira no podemos seguir, ahí tienes la carta de despido", rememora. Regresó a Cáceres, donde cuenta con un piso en propiedad, para no tener que hacer frente también al alquiler de una vivienda en la capital catalana. Tras agotársele la prestación contributiva hace quince días, ayer acudió a las oficinas del Sexpe a solicitar un subsidio por desempleo. Con 46 años, José Javier está separado y tiene una hija de quince años a su cargo. La supresión de la ayuda que anunció ayer Rodríguez Zapatero le parece "muy mal. Qué vas a hacer si tienes un hijo que alimentar, ¿mendigar?", se pregunta. E. BARAJAS