José Manuel Borrachero fue la primera persona a la que hirió El Bueno la mañana del lunes. Este joven de 34 años estaba en su almacén de bebidas, en la calle Doctor Fleming, cuyas traseras lindan por los corrales próximos a la casa del agresor. Borrachero presentaba tres heridas inciso contusas en la cabeza y fue dado de alta la misma tarde.

Ayer, ya en su casa, el herido contó a este diario que él se encontraba en la nave cuando José Manuel Aguedo "apareció allí muy tranquilo" después de saltar la tapia. El ya lo había visto en el patio de la casa contigua matando un pavo de su vecina Emilia. "Y yo pensé --cuenta-- que le había dicho Emilia que le matara el pavo, yo no sospeché nada raro". Una vez que entró en su almacén, solo le preguntó por dónde se salía, el le indicó la puerta y fue en ese momento cuando El Bueno se detuvo y le dijo "bueno, me vas a dar una Coca Cola, y cuando me volví para cogerla, me sacudió por detrás".

El agresor llevaba en la mano un pico con el que mató a los pavos y eso sin embargo no le llamó la atención, como tampoco que se saltase la pared para entrar en su propiedad. Asegura que su agresor no estaba nervioso en esos momentos, "yo lo veía bastante tranquilo". El solo lo conoce de vista "como nos conocemos todo el mundo" y en ningún momento sospechó que le fuese a herir. Pero lo hizo y la víctima llegó a pensar que lo iba a matar. "Fue todo muy repentino, en cuestión de segundos y por momentos lo pensé". Reacciónó como pudo: "me tiré a defenderme, lo caí al suelo, me agarré al pico como pude, hubo un forcejeo, él al final lo soltó y salió corriendo". El pico no le pasó rozando, sino que le dio de lleno "pero se ve que tengo la cabeza muy dura", bromea. Cuando estaba en el centro de salud fue cuando se enteró de las dimensiones de la tragedia. Ahora piensa que "podía haber sido peor, cada día nacemos".