LUGAR DE NACIMIENTO NACIO EN ALMENDRALEJO

EDAD 20 AÑOS

FORMACION ACADEMIA DE INGENIEROS DE HOYO DE MANZANARES

INGRESO ENTRO EN EL EJERCITO EL 22 DE OCTUBRE DEL 2002

IRAK LLEVA DESTINADO ALLI DESDE EL MES DE DICIEMBRE

Juan Manuel Gámez es un soldado natural de Almendralejo de la brigada Plus Ultra II y desde diciembre está destinado en Diwaniya. Tras pasar unos días en su localidad natal aprovechando un permiso extraoficial, ya está de regreso en Irak, donde aterrizó tras un vuelo con escala en Barajas y Kuwait.

--¿Qué tal en casa?

--Muy bien. Tenía ganas de regresar y de ver a mi familia, el viaje ha sido largo pero ha merecido la pena volver a Almendralejo y descansar unos días.

--¿Cómo han sido estos meses en Irak?

--Al principio, era más difícil por los atentados que se registraron y que nos hicieron estar en alarma constante. Ahora, la cosa ya está mucho mejor.

--¿En qué consiste su trabajo en la base de Diwaniya?

--Mi cometido es velar por la seguridad de la base. Es un trabajo de fortificación.

--La labor de la Plus Ultra II, ¿es militar o humanitaria?

--Nuestro trabajo es preferentemente humanitario. Lo que ocurre es que, en ocasiones, realizamos labores puramente militares, siempre y cuando la policía iraquí solicite nuestra colaboración. Pero la prioridad son los trabajos humanitarios.

--¿Cómo es el trato diario con los iraquíes?

--Al principio mis compañeros y yo estábamos incómodos porque las tradiciones son muy diferentes. Poco a poco, las relaciones se van mejorando, el país está cambiando y desde que estamos trabajando junto a ellos, todo ha mejorado un poco más; además, les estamos ayudando a construir sus casas.

--¿Qué es lo que más le ha impresionado de Irak?

--Es un país que está muy sumido en la pobreza, los niños van descalzos. Como anécdota, un día entramos en una mezquita. Nos descalzamos, para seguir su tradición, y al salir, nos las habían robado.

--¿Cómo es la convivencia con los compañeros?

--Hay muy buen ambiente entre nosotros. En Irak, los compañeros son mis hermanos, y los mandos, mis padres.

--¿Ha sentido miedo?

--Un poco, sobre todo al principio. Al llegar, por las mañanas escuchábamos disparos y no sabíamos si eran de los aliados o de los seguidores de Sadam.

--¿Tiene ganas de regresar a Diwaniya?

--Sí, tengo ganas de volver. Los días allí se hacen muy cortos gracias al trabajo. Regresaremos en abril y eso está ya muy cerca. Sólo le pido a los familiares de los militares que estén tranquilos, que en Irak no corremos mucho peligro.