Para Juan Manuel Herrero, un ganadero de Serrejón, las jornadas del miércoles en Cáceres suponían enfrentarse a un problema que le toca de lleno después de que en abril tuviera que sacrificar a todas sus vacas por la tuberculosis. Su caso es de los más extremos.

Volvió a montar una nueva ganadería, pero sin indemnización y tras más de un año sin producir terneros, de lo que vive, "me estoy arruinando y la única solución es reclamar justicia. Yo ya tengo perdida la batalla, voy a vender mi finca", contaba ayer después de asistir a la reunión en la que dice no dieron respuestas a sus problemas.

Asegura que las medidas planteadas no son del todo factibles, como la idea de cerramientos cinegéticos, que según él no son viables --"Al campo no se le puede poner puertas"-- y las actuaciones que dice la Administración vienen realizándose en el parque de Monfragüe a lo largo del año para bajar las densidades de fauna silvestre no se están haciendo. Por ello, considera que es muy difícil la viabilidad de los animales domésticos y salvajes en su zona. Ante esto avisa que junto con ganaderos de Toril y Serrejón reclamará justicia para sufragar sus daños mientras intenta encontrar un comprador para la finca que es propiedad de su familia desde hace unos cien años.