--Cinco años y medio después de iniciar los trámites, ¿la sensación hoy es más de satisfacción por haber presentado toda la documentación o de enfado por el retraso?

--Yo diría que de satisfacción. Es cierto que ha transcurrido mucho tiempo, y que se han iniciado proyectos con posterioridad al nuestro que no solamente se han aprobado, sino que ya se han ejecutado. Han pasado dos legislaturas sin que se haya tomado una decisión sobre este asunto. Entendemos, de acuerdo con los mensajes que se nos han venido dando, que estos son los últimos requerimientos que se nos van a hacer y, en consecuencia, a partir de este momento deberían empezar a correr los tres meses famosos. Pero ni mucho menos es un tema de enfado, aunque creemos que no hemos sido tratados como han sido tratados otros proyectos, quizás por las peculiaridades que este pueda tener, no lo sé. Creemos que hemos llegado a la meta y esperamos que el ministerio resuelva, en positivo o en negativo, pero que nos diga algo.

--Pero tres días después de presentar toda la documentación les han vuelto a pedir más datos...

--Sí, es así, pero es un tema menor. Los estudios complicados eran los anteriores. Lo que se solicitó el 3 de enero era el desarrollo de algo que ya se le había dicho, un tema relativamente menor. Los estudios importantes son todos aquellos que afectan fundamentalmente a la costa de Huelva. Curiosamente, esto no se le ha pedido a otra instalación que está justo en el mismo sitio.

--Si ha habido diferencia de trato, ¿intuye cuál puede haber sido la razón?

--La verdad es que no lo sé. Pero si son temas tan importantes, que nos han retrasado tantísimo tiempo y han necesitado de tantísimo esfuerzo humano y económico, extraña que no se les hayan solicitado a otros proyectos exactamente iguales y exactamente en el mismo sitio.

--¿Los retrasos podrían ser, al menos en parte, consecuencia de deficiencias iniciales en el proyecto?

--Nosotros consideramos que no, pero evidentemente el ministerio entenderá que sí. En cualquier caso, como he dicho, se han aprobado otros proyectos sin los estudios que a nosotros se nos han requerido.

--¿Qué sensaciones tienen sobre cuál puede ser la decisión de Medio Ambiente?

--No percibimos que vaya a ser contraria ni favorable, lo que percibimos es que están analizando con muchísima profundidad y rigor el proyecto.

--¿Temen que se les pida más información y se vuelvan a paralizar los plazos?

--Creemos que no, sinceramente. En varias ocasiones se ha lanzado el mensaje de que había unos documentos que, una vez que se aportaran, el ministerio tomaría una decisión. Esos son los documentos que se entregaron el 31 de diciembre.

--En el caso de que la declaración fuese positiva, quedarían la autorización ambiental de la Junta y los permisos del Ministerio de Industria, trámites que, al menos en teoría, podrían cumplimentarse con mayor rapidez. Si todo se resuelve favorablemente al proyecto, ¿en qué fecha podrían comenzar los trabajos de construcción?

--Caso de que fuera favorable, entendemos que la tramitación que quedaría es menos complicada y debería resolverse en no mucho tiempo. También habría que desarrollar alguna ingeniería de detalle para poner en marcha las obras, pero no sé cuál podría ser el tiempo adicional.

--Pero, ¿estaríamos hablando de este año?

--Considero que sí.

--Desde que se dio a conocer el proyecto en el 2003 la situación económica ha cambiado sensiblemente, ¿continúan confiando en su rentabilidad?

--Absolutamente. Si no fuese así, hubiésemos parado hace mucho tiempo. Esto es algo en lo que nos estamos gastando mucho dinero, y no solamente nosotros, sino también el resto de accionistas: BBVA, Caja Madrid y Caja Extremadura, que no son dudosos en cuanto a sus análisis económicos de las inversiones.

--¿Todos los socios les han confirmado que siguen adelante?

--Sí.

--¿También la Junta?

--Sí.

--Se ha vinculado la reciente venta de tres plantas propiedad del Grupo AG (la cementera de Alconera y dos industrias siderúrgicas vascas) a la necesidad de financiación para este proyecto, ¿es así?

--Son cosas desvinculadas. Esas plantas se vendieron porque estamos en una situación complicada desde el punto de vista financiero y había que fortalecer el balance del grupo. Ahora bien, el proyecto de refinería es un proyecto en el que participa el grupo, no es el grupo, que es un accionista más, aunque con un papel promotor importante. El proyecto es distinto, como la financiación y el capital.

--¿Contempla el grupo deshacerse de más activos? Se ha llegado a hablar de la venta de la acería de Thüringen...

--La acería alemana es una de las plantas más eficientes de Europa en cuanto a elaboración de productos largos y es un activo muy codiciado. Por eso, cuando se habló de la venta de activos siderúrgicos hubo mucho interés por ella, pero entendemos que es un activo estratégico para el grupo y que le da fuerza. En ningún momento hemos pensado en venderla.