Que los jueces extremeños tienen carácter y fuerza, que son guerreros y no están dispuestos a ceder ante lo que suponga cercenar sus derechos o los que los ciudadanos merecen de la Justicia es algo demostrado.

De ellos partió la iniciativa que desembocaría en la que fue la primer huelga de jueces en España, un paro además histórico. Fueron los jueces extremeños, junto con los murcianos, los que en noviembre del 2008 --el resto de las juntas de jueces de España lo haría dos meses después-- aprobaban hacer huelga el 18 de febrero del 2009 para reivindicar más medios, personal, salario..., si antes el Ministerio de Justicia no atendía sus demandas.

Y ya entonces se mostraban firmes: "Murcia y nosotros somos los pioneros; nos hemos arriesgado y soportaremos la responsabilidad si llegara el caso". Y lo hicieron. Fueron a la huelga, que secundaron alrededor de 2.000 jueces españoles --un 60% de los llamados a la movilización--, y en la que destacó la participación, por ser de las más altas de España, de los jueces extremeños --53 de los 87 jueces titulares de la región la secundaron--.

También destacó su presencia, posición y voz en la que fue la segunda huelga de jueces, realizada además en el mismo año, tan solo ocho meses después de la primera. Aunque había cambiado el titular de la cartera de Justicia, que pasó de Manuel Bermejo a manos de Francisco Caamaño, los jueces y magistrados seguían considerando que el enfermo (la Justicia española) seguía agonizando, y no estaban dispuestos a ceder. Nada les importaron las advertencias del propio ministro, e incluso de los más altos cargos de la Justicia extremeña, advirtiendo de que la huelga era "cuando menos alegal".

Los jueces extremeños siempre apoyaron de forma mayoritaria los actos reivindicativos, y parece que seguirán haciéndolo, como prueba el elevado número de ellos que han firmado ahora el manifiesto por la despolitización y la independencia judicial.