La Junta de Extremadura exigirá a Repsol Butano que garantice el abastecimiento de butano y propano a la comunidad autónoma si finalmente se consuma el anunciado cierre de la planta que la compañía tiene en Mérida. Así lo avanzó ayer la vicepresidenta primera y portavoz del Ejecutivo regional, Dolores Pallero, que dejó claro que el Gobierno extremeño "no está al margen" de esta situación.

Tanto es así que el consejero de Industria, Energía y Medio Ambiente, José Luis Navarro, ha convocado el martes una reunión con representantes de Repsol Butano para aclarar todos los detalles del cierre de la planta extremeña y para que la empresa garantice que la comunidad no sufrirá ningún tipo de desabastecimiento una vez que se clausure la fábrica. "Queremos garantizar por encima de todo el abastecimiento, porque entendemos que en materia de precios evidentemente está absolutamente garantizado", apostilló la vicepresidenta.

Ayer mismo el propio José Luis Navarro mantuvo un primer encuentro con miembros del sindicato UGT para abordar la situación de la industria. En este sentido, Dolores Pallero explicó que la Junta no puede "ser un actor" en este conflicto laboral, puesto que es una situación que afecta a la empresa en todo el territorio nacional. Pero sí puede pedir explicaciones sobre los motivos que han llevado a la empresa a cerrar la fábrica de Mérida y sobre los posibles efectos que puede causar esta decisión en la región.

LARGO PROCESO El anuncio del cierre de la planta de Repsol Butano en Mérida es la crónica de una muerte anunciada motivada por las pérdidas que la empresa está teniendo debido al avance del gas natural en España.

Y es que ya en el mes de diciembre del año pasado la compañía elaboró lo que denominó como plan de optimización . Era un primer documento que preveía el cierre de hasta siete plantas, un listado que incluía las industrias de Mérida, Alicante, Dos Hermanas (Sevilla), María de Huerva (Zaragoza), Venta de Baños (Palencia), San Fernando de Henares (Madrid) y Peligros (Granada).

En cuanto a los plazos, la empresa estimaba que las fábricas dejarían de operar --tal y como parece que va a ocurrir-- entre junio del 2007 y del 2008, una iniciativa que iría acompañada de un plan de prejubilaciones y recolocaciones de los trabajadores afectados.

PLAN FINAL La propuesta definitiva de Repsol Butano rebaja algo los efectos de este proceso de optimización , pero mantiene el cierre de las fábricas de Mérida, Alicante y Dos Hermanas. Además, de las cuatro restantes tres se mantendrán como simples centros de almacenamiento y otra más seguirá con sus funciones actuales.

Lo curioso, según explican fuentes sindicales, es que se cierre precisamente la planta de Mérida cuando es una de las pocas que continúa dando beneficios año tras año.

MAS DEMANDA De esta forma, el año pasado la fábrica emeritense produjo 62.000 toneladas de butano y propano, más que en el ejercicio anterior, y la producción, señalan las fuentes ya mencionadas, se decide en función de la demanda.

El caso de Extremadura es singular en el contexto nacional, puesto que en la región el consumo de butano sigue aumentando de forma paulatina. Especialmente porque la implantación del gas natural no se ha desarrollado todavía lo suficiente, y no llega ni a buena parte del mundo rural ni a todos los puntos de las principales ciudades. A esto se suma que muchas industrias de la comunidad extremeña aún utilizan propano en sus proceso productivos.