Las organizaciones agrarias UPA-UCE y APAG Extremadura Asaja mostraron ayer su preocupación por la situación que atraviesan los cultivadores de tomate que hasta ahora han venido suministrando su producción a Carcesa y por cómo pueden influir los problemas de esta industria en el sector extremeño del tomate para industria.

Así, responsables de UPA-UCE prevén reunirse hoy con la vicepresidenta económica de la Junta, María Dolores Aguilar, para trasladarle la situación de "más de un centenar" de tomateros extremeños a los que la empresa Carcesa "debe dinero".

En total, se trata de "más de cien agricultores de las Vegas del Guadiana a los que Carcesa les adeuda dinero desde la campaña pasada y a quienes las últimas noticias les suscitan incertidumbre sobre su cobro", indicó esta organización agraria en una nota de prensa.

En ella, UPA-UCE también se refirió a "un colectivo más amplio de agricultores que venían contratando con esta empresa, que era una de las más tradicionales del sector, y que en esta campaña se encuentran abocados a que en el último momento de la contratación tienen que buscar otras industrias para tratar de continuar con su cultivo".

También APAG Extremadura Asaja mostró ayer su preocupación por las graves consecuencias que las dificultades de Carcesa tendrán en el sector productor de tomate en la región. Según destacó el presidente de esta organización, Bibiano Serrano, en un comunicado, este sector "ya arrastraba múltiples problemas en los últimos tiempos".

Serrano recordó que Nueva Rumasa asumía buena parte de la producción actual de los productores de tomate en la región, "por lo que esta situación llevará consigo un nuevo golpe a la ya delicada situación del sector, ya que el desacoplamiento de las ayudas no ha conllevado, desgraciadamente, la subida de los precios".

Para APAG-Asaja, el problema de Carcesa acentuará "la situación crítica por la que está atravesando el tomate, ya que ahora habrá incluso más excedentes de producción". Este hecho repercutirá directamente en el productor "al ser aprovechado por el resto de la industria para seguir pagando precios tan bajos que no llegan siquiera a igualar los costes de producción".