El sector del cerdo ibérico extremeño podría desvincularse de la actual norma de calidad y crear una Indicación Geográfica Protegida propia para defender sus intereses, que se ven actualmente afectados por una profunda crisis en la ganadería de todo el país provocada principalmente por el aumento de los costes de producción.

El consejero de Agricultura y Desarrollo Rural, Juan María Vázquez, ya ha trasladado esta posibilidad a la ministra del ramo, Elena Espinosa, que se llevaría a cabo en el caso de que esta norma no comience a aplicarse con rigor cuando termine "un margen mínimo de confianza" concedido desde Extremadura.

Tanto la Administración regional como el sector, que estudian conjuntamente esta posibilidad, consideran la actual norma de calidad del ibérico, en vigor desde finales de 2007, como "una buena norma", con el inconveniente que no se está aplicando correctamente. "Como toda buena norma, si no se cumple deja de ser efectiva", dijo ayer Vázquez al ser requerido sobre el asunto.

"Si vemos que no se cumple, y así se analizará con el sector, o que no se toman las medidas necesarias para ejecutarla con el rigor necesario, estudiaríamos la posibilidad de salirnos de la norma y crear una Indicación Geográfica Protegida", subrayó Vázquez, aunque por el momento pretende mantener una postura "sensata" al respecto, a la espera de que se sucedan próximos acontecimientos en favor de que la norma comience a aplicarse y que las certificadoras actúen rigurosamente en la calificación de los productos.

En opinión del consejero extremeño del ramo, "si conseguimos que se cumpla con rigor la norma, es una buena norma, y ayudará mucho al sector ibérico de Extremadura, que no deberá nunca perder su identidad y singularidad, en cuanto a que es donde más cabaña tenemos de ibérico ligado a la dehesa".

AUTORREGULACION La falta de aplicación de la norma intensifica la prolongada crisis que atraviesa el sector del porcino ibérico en el conjunto nacional, que tiene su origen en el incremento de hasta un 40% de los piensos destinados a la alimentación de los animales, al tiempo que los precios de venta de animales sufre un estancamiento. Todo ello provoca un importante incremento de los costes de producción, que genera pérdidas a los ganaderos de entre 30 y 40 euros por cada lechón y de 80 a 100 en el caso de los cebones.

Para superar la situación, el sector anunció la puesta en marcha de una plan que incluye una autorregulación de la producción, con el fin de que suba el precio de compra de los animales por parte de las industria. Este plan se concreta en el sacrificio de una 70.000 cerdas reproductoras, como ya informó EL PERIODICO días atrás.

Esta práctica podría ser objeto de una ilegalidad, según el Jurado de la Competencia. De hecho, la Ley de Defensa de la Competencia prohibe todo acuerdo, decisión o recomendación colectiva, que tenga por objeto producir el efecto de impedir, restringir o falsear la competencia en el mercado nacional.

CICLOS PROLONGADOS No obstante, el consejero defendió la iniciativa de los productores extremeños, que según dijo no es nueva, y además confirmó que ya se viene acometiendo en los últimos meses. "Como ha pasado siempre, hay un sector que se autoregula cuando tiene un oferta por encima de la demanda", tanto en el porcino como en cualquier otro sector. Así, sostiene que esto "no es ninguna consigna, ni ningún delito. Lo que pasa es que a nadie se le puede obligar a seguir criando perdiendo dinero". Por el contrario, Vázquez invita al Jurado de la Competencia a investigar si no hay algún tipo de infracción a la norma de competencia por parte de los intermediarios, porque resulta "sospechoso que no suba el precio del ibérico en el mercado, cuando es un producto que se sigue consumiendo".>No obstante, si hay un sector que pueden infringir con mayor facilidad la ley de la competencia, este es el de la distribución, según el consejero, debido a que la mayor parte del mercado está concentrada en manos de las grandes cadenas de distribución, mientras que los productores están muy dispersos, lo que complica que lleguen a cualquier tipo de acuerdo.

El mercado del porcino es cíclico, de tal forma que después de unos años de alta rentabilidad, normalmente llega un periodo más negativo. Sin embargo, en esta ocasión los periodos de bonanza, primero, y ahora de pérdidas, están siendo más prolongados.

La crisis actual, que afecta a todo el país, tiene su origen en un aumento de hasta el 40% del coste de los piensos, a la vez que se ha producido un frenazo en el precio que recibe el ganadero sobre la venta de animales a la industria transformadora.

A todo ello se le suma la desaceleración económica que afecta al ámbito nacional e internacional, y la crisis financiera que hace que las entidades hagan más difícil el acceso a los créditos, y por tanto, a la inversión en las explotaciones agrarias.

CONCENTRACION Para superar esta crisis y salir fortalecido de ella, el consejero aboga por la concentración del sector tanto en la cría de animales como en la transformación y la comercialización, especialmente en estas últimas, mediante estructuras que permitan que "en un futuro esta crisis no vuelva, al menos de forma tan profunda".

Esta agrupación del porcino ibérico se llevaría a cabo mediante el impulso de las asociaciones y cooperativas ganaderas, que al mismo tiempo lleven, junto con la industria del ramo, a la puesta en marcha de "procesos integrados de sacrificio y transformación", al igual que se hizo, por ejemplo, en el sector agrícola del tomate.

Otra de las claves ofrecidas por el consejero pasa por mantener los niveles de calidad que ofrecen los productos de Extremadura, "diferenciadores de cualquier otro". En esta línea, abogó por la continuidad y cumplimiento de la norma de calidad del ibérico, evitando el intrusismo y el fraude en los productos de venta al consumidor. "Esto hay que combatirlo como se combate en cualquier otra actividad", y añade que lo que hace falta en caso de fraude es que "el consumidor sepa que lo que consume es una imitación".