Pese a sus crecientes críticas a la gestión del presidente de EEUU, George Bush, en Irak, el candidato demócrata a la Casa Blanca, John Kerry, arremetió contra la decisión de José Luis Rodríguez Zapatero de retirar las tropas españolas del país. La Casa Blanca también expresó su temor de que otros países hagan lo mismo.

"Tenía la esperanza de que el presidente Zapatero reconsiderase su posición", declaró tras el anuncio de la retirada. "España y todo el mundo --subrayó-- tienen interés en reconstruir un Irak que no sea ni un refugio de terroristas ni un Estado fracasado". Kerry, que votó en el 2002 en el Senado a favor de que Bush pudiera ir a la guerra contra Irak, denuncia ahora continuamente la forma unilateral en que lo hizo. "Cualquier presidente en el último siglo lo hizo mejor que éste", ha dicho varias veces en referencia a los acuerdos con otros países.

"En lugar de perder socios, es de crítica importancia que encontremos otros que compartan la carga en Irak", dijo, en referencia a la retirada de los 1.300 españoles. Para atraerlos propuso "ofrecerles responsabilidades con la ONU, la OTAN y otros" para que trabajen con EEUU.

El portavoz del Departamento de Estado, Richard Boucher, no descartó que otros países que forman parte de la coalición sigan los pasos de Zapatero y retiren sus tropas. Boucher subrayó que la retirada española "no supondrá un cambio significativo de la situación" sobre el terreno y que "no enviará una señal significativa a los iraquís ... en el sentido de que es el momento de desafiar a las fuerzas de la coalición".

Por su parte, Polonia ha rechazado enviar más tropas a Irak para sustituir a las que retirará España, pero estudia la manera de asumir las tareas que desempeñaban los soldados españoles, señaló ayer en Varsovia el portavoz del Ministerio de Defensa polaco, coronel Piotr Pertek.