El Servicio de Atención a la Familia (SAF) de la Policía Nacional se divide en dos: el Grupo de Menores (Grume) y el Servicio de Atención a la Mujer (SAM). En este último, uno de los principales ejes de actuación es la lucha contra la violencia de género y los agentes que se ocupan de esta labor están especialmente preparados para atender a las víctimas de este delito. Mujeres que, según describe uno de estos policías en Cáceres (L.M.M.), "lo primero que necesitan es ayuda anímica, alguien que les escuche".

Y que lo haga, continúa, "con mucho tacto, porque son temas muy personales, muy duros y, además, algunas chicas vienen casi trastornadas, les cuesta mucho responder". Además de realizar esta labor, los agentes acompañan a la víctima donde este necesite --a someterse a un examen médico (imprescindible para la denuncia), a recoger sus cosas a casa...--. "Cada caso es distinto y, por desgracia, lo mismo: una mujer totalmente destrozada, buscando ayuda que a veces no ha encontrado ni en su familia y, bueno...". Al policía le cuesta terminar la frase. Sus palabras, a su vez, reflejan una realidad que cuesta entender y contra la que cada día trabajan L.M.M. y sus compañeros.