Algunos le siguen llamando Juan, pero hace ya casi una década que este extremeño de 55 años, nacido en la localidad pacense de Bienvenida, pasó a llamarse Marwan. La conversión al Islam le llegó a través de su relación con Nadia, una mujer a la que conoció en un viaje de vacaciones a Marruecos. Tras dos años yendo a verla esporádicamente, decidieron venirse a España y casarse.

Asegura que su vida cotidiana apenas ha variado en estos años o que "en todo caso, ha ido a mejor". Mantiene los mismos amigos y su familia aceptó muy bien el cambio de religión y a su pareja. "No miraron su religión ni su país, sino a la persona", incide. Tampoco los cambios en los hábitos alimenticios que conllevaba abrazar la fe islámica supusieron para él ninguna dificultad importante. "Nunca he sido bebedor. Antes me podía tomar alguna cerveza, ahora me la bebo, pero sin alcohol y ya está. Y en cuanto a la carne de cerdo, al principio te parece que te va a faltar la vida, pero, una vez que te acostumbras, te da igual". En definitiva, concluye, "la adaptación fue fácil, no hubo problemas de ningún tipo".