Ya era exconsejero de Industria con el PSOE y exresponsable de la UGT en Badajoz, pero como parte del sindicato Antonio Rosa lideró uno de los piquetes más numerosos que recorrió el centro de Badajoz informando sobre todo en las entidades bancarias. «Pero la guinda fue que conseguimos que cerrara Galerías Preciados». Asegura que en Extremadura la huelga intentó ser «especialmente boicoteada por el PSOE». «Aquí hubo más virulencia para doblarle la mano a UGT, se intentó debilitar al sindicato, pero no lo consiguieron. Eso sí, significó la ruptura total. La tensión duró tiempo. De hecho, en la primavera de 1990 celebramos el congreso regional de la UGT y fue la primera vez que Ibarra no vino».