Acaba de dejar Extremadura para seguir su ministerio en Andalucía, pero no quiso olvidar los años que ha pasado al frente de la comunidad franciscana en el monasterio de la "Virgen Morenita", como cariñosamente la llaman los frailes. Considera que su mejor bagaje es el trabajo diario que ha realizado en la Puebla, si bien no quiso olvidar los buenos momentos que también ha pasado en Puebla de Alcocer y en Entrerríos. También señaló que "la Iglesia, como misterio de salvación, es la que me ha enseñado a vivir".

Cerrato pidió a la Virgen de Guadalupe por los políticos, para que los guíe en el buen gobierno, e hizo un llamamiento para que "el estatus del monasterio no menoscabe la extremeñidad de la Morenita y nos siga uniendo por encima de cualquier otro aspecto".