«Los siete profesionales (auxiliares y terapeutas) que todos los años teníamos ya en plantilla por estas fechas, ahora no nos los podemos permitir. La oficina ya está cerrada, no hay dinero para nada, no hay fondos para contratar a nadie. Y eso afecta a los 40 usuarios que acuden a nosotros. Pero no son solo 40 personas, son 40 familias con una enfermedad muy complicada que encontraban aquí un respiro». Así resume la situación José Cortés Arriero, presidente de Afade, la asociación de Alzheimer de Zafra. Su entidad llevaba casi una década recibiendo algo más de 33.000 euros del IRPF social para programas como ayuda a domicilio, talleres de estimulación cognitiva, apoyo psicológico... Pero este año la cantidad asignada ha sido de cero euros y la situación se ha vuelto tan crítica que han tenido que paralizar todas las actividades.

A partir de ahora buscarán fondos para poder recuperar el funcionamiento lo antes posible, aunque son muy conscientes de las dificultades: «Intentaremos hacer acciones para recaudar dinero o incluso le plantearemos a los usuarios que aporten algo más para que algunos servicios puedan seguir en marcha. El problema es que hay que tener en cuenta que muchos de los que atendemos son matrimonios mayores, con una pensión pequeña, que encima también ha sufrido recortes... Al final te das cuenta de que el mundo es puro negocio», se lamenta José Cortés, que advierte que una enfermedad de demencia senil es una realidad muy dura para vivirla sin apoyo.