En Estados Unidos se puede comprar jamón ibérico desde el año pasado tras el logro de la empresa salmantina Embutidos Fermín que se ha convertido en la primera en comercializar este producto en el país que más restricciones pone a la exportación. Sobre todo si, como es el caso del jamón, se trata de una carne que no está cocinada.

El mercado nacional está saturado por lo que la principal vía de crecimiento para esta empresa instalada en La Alberca, que cuenta con un centenar de empleados, está en la exportación. "Una vez que entras en Estados Unidos, tienes muchas puertas abiertas pero comercialmente aún falta limar algunas cosas", indica Juan Carlos Dávila, director de Calidad de I+D de esta empresa, una de las casi 600 entidades que han suscrito un contrato con la universidad extremeña con el objetivo de demandar una investigación determinada. La colaboración con el profesor Ramón Cava, de Tecnología de los Alimentos, comenzó hace un par de años y se ha renovado como mínimo para dos más. El estudio que financian se centra en la microbiología de los alimentos "para mejorar los productos que exportamos", dice Dávila. El próximo objetivo es China. "Estamos dentro del grupo de empresas españolas que ha pasado los primeros trámites".

Embutidos Fermín no tiene la capacidad para tener su propio equipo de I+D por lo que contactan con centros de investigación con los que firman distintos convenios. De hecho, además de con la Universidad de Extremadura también trabajan con la Universidad de León o con el Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas (INIA), en Madrid. Dávila indica que los resultados de la investigación que financian en la universidad extremeña no serán inmediatos pero confía que a medio plazo mejoren la calidad de los productos que fabrican para ser más competitivos y pioneros en exportación.