El auge de China como potencia económica está causando estragos en el sector textil a nivel mundial. Los ganaderos extremeños de ovino ya están percibiendo en sus bolsillos las consecuencias del avance económico de un país con una industria cada vez más moderna y unos costes laborales ínfimos. La lana extremeña de oveja merina ha visto caer su precio en origen (lo que percibe el ganadero) un 40% este año con respecto al 2004 como consecuencia, entre otros factores, de la creciente competencia que supone la importación a Europa de tejidos con un grado cada vez mayor de elaboración y mucho más baratos procedentes del gigante asiático.

"Cada vez cuesta más trabajo vender, hay que irse cada vez más lejos y con plazos de pago son más largos". Así lo explica Marco Antonio Calderón, gerente de Comercial Ovinos, el principal centro de selección y clasificación de lanas de Extremadura. Esta cooperativa, con sede en Villanueva de la Serena, clasifica y prensa 1,6 millones de kilos de lana al año, el equivalente al 25% de la producción extremeña. Calderón es además máximo responsable de ovino en la Unión Extremeña de Cooperativas Agrarias (Unexca) y en la Confederación Cooperativas Agrarias de España (CCAE). La región tiene 3,2 millones de cabezas de ovino, que dan más de 6 millones de kilos de lana.

COMPUESTOS ELABORADOS El precio de la lana en origen ha pasado de pagarse a 70 céntimos de euro de media en el 2004 a unos 42 céntimos en el 2005. Según explica Calderón, las fábricas textiles en España y Europa --destinatarios tradicionales de lana como la extremeña-- se están decantando cada vez más bien trasladar su producción a Asia bien por comprar de China tejidos ya compuestos --mezclas de lanas con poliéster o hilo-- a un precio más bajo. Los chinos compran la lana en Australia y Nueva Zelanda.

"China es imparable en el sector textil", explica Calderón, quien sostiene que el único hueco que va a dejar a Europa son la prendas de "altísima calidad", un segmento al que los asiáticos aún no han llegado. Ante esta coyuntura de retroceso del mercado, "no queda más remedio que trasladar esta situación a los ganaderos" a través de una bajada de los precios de la lana. Hasta el punto de que cuesta más pagar la esquila que lo que se cobra por la lana.

APRECIACION DEL EURO Pero la competencia de las prendas de China no es el único factor que ha presionado este año a la baja el precio de la lana. Hay otros dos más. El primero es la peor calidad de la producción española, debido a la ausencia de alimentación natural en el campo por la sequía. El ganado ha generado este año un vellón de menor longitud, más grueso y que se rompe con más facilidad, es decir, de mucha menos calidad. Además, el rendimiento en kilos por animal es menor. Si lo normal son 2,5 kilos por oveja, este año la media está muy por debajo de esta cifra.

Según explica Marco Antonio Calderón, un último factor que está perjudicando a la lana extremeña es la fortaleza del euro frente al dólar. La apreciación de la moneda europea está castigando las exportaciones fuera del marco comunitario y beneficiando las importaciones procedentes de China. La lana supone el 5% del total de fibras textiles a nivel mundial pero recibe una presión muy importante a la baja en sus precios.

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