Lorenzo Medina no sólo consiguió formar una familia con su pareja y sus dos niñas, de 2 años y medio y un año y cuatro meses, a las que tuvo por gestación subrogada en México, sino que ganó otros dos miembros más con las madres gestantes, Carmele y Wendy, junto a las familias de éstas.

De padres pacenses, Lorenzo reside actualmente en Benidorm, donde se decidió a dar el paso con su pareja, hace unos cuatro años.

«Los que hablan de compra-venta deberían leer más y tratar de viajar y conocer. No es una cuestión de comercio, sino de solidaridad y amor», defiende Medina.

Él mantiene contacto «semanal o quincenal» con las dos madres gestantes. De hecho, Wendy visitará Benidorm el próximo mes de septiembre y ellos tienen pensado viajar a México cuando las niñas sean un poco mayores.

«Son mujeres con su propia familia y estabilidad económica. Wendy por ejemplo lo hace porque su tío era gay y no podía tener hijos, así que decidió que ninguna otra persona pasara por ese mal trago», explica.

Medina denuncia que la cuestión se trata con frivolidad, sin tener en cuenta los sentimientos de las familias y sus niños.

«Se está deshumanizando. Se está mirando a la cuestión desde lejos. Detrás de cada niño hay una familia que ha sufrido mucho y también un crío al que le afectará que los medios digan que ha sido comprado, como si fuera un objeto», lamenta.

Este padre expone lo largo y dificultoso que es un proceso de adopción, que puede llegar a durar entre 6 y 8 años en España, lo que le haría padre casi con 60, además de todos los rígidos requerimientos para ser considerada «familia idónea».

«Es curioso porque se repite hasta la saciedad la opción de la adopción, cuando por ejemplo si se tiene una patología ya se es descartado como familia idónea. Precisamente la mayoría de los que recurren a la gestación subrogada lo hacen por una imposibilidad biológica de tener hijos», dice.

Medina alude a las numerosas parejas heterosexuales que recurren a este método, si bien en estos casos se sigue tratando como un tabú.

«Al colectivo gay nos ponen muchas veces de pantalla, porque de hecho la mayoría de los que recurren a esto son familias heterosexuales, pero no se habla abiertamente de ello», asegura.

Medina defiende la necesidad de regular la gestación en España porque según aduce, es precisamente en países sin regulación o con legislaciones laxas donde se forman criaderos de hijos y se cometen abusos.

«España es un país muy solidario y esta no es una cuestión de dinero. Tú no vendes tu útero por 20.000 euros, pero quizás si se lo cedas a una hermana o una amiga para que cumplan su deseo de ser madres», asevera.

Este trabajador social habla de un «proyecto de vida» en el que se conoce a la gestante y se desarrolla una relación afectiva, que en la mayoría de los casos continúa tras el embarazo.

«Son personas a las que vas a estar eternamente agradecido, no son objetos. Para mí son parte de la familia», argumenta.

Por ello, será uno de los ponentes en el Partido Popular, del que es militante, para que su formación tome una postura favorable y dé un paso al frente para su legislación.

«Se trata de defender los derechos de muchas familias. No de gays ricachones como nos pintan», sentencia.